Las 15 Muertes más ABSURDAS de personajes famosos históricos

En la historia se han dado casos de muertes inverosímiles que han perdurado en el recuerdo. Muchos personajes famosos e importantes perecieron de la manera más tonta. Aquí recogemos una lista con las 15 más absurdas:

Albert Camus

Hasta los más célebres literatos son presos de sus palabras, y algunos, además son gafes. Es el caso del Nobel de Literatura de 1957, el francés Albert Camus, que por Karma o mala suerte, murió de la forma más absurda según sus propias palabras. Cuándo los medios dieron la noticia de que el ciclista Fausto Coppi había muerto en un accidente de tráfico, el escritor declaró que no conocía una manera más idiota de morir. Días más tarde, Camus fallecía de esta forma. Ironías de la vida.

Antoni Gaudí

El máximo exponente del modernismo catalán falleció atropellado por un tranvía en Barcelona. Hasta aquí todo queda en un fatídico accidente, lo extraño, es que tras el fatal percance, quedó en el suelo tirado sin que nadie le reconociese, ni las monjas que le auxiliaron en el hospital sabían de quien se trataba. El capellán de La Sagrada Familia fue el primero en reconocerle, pero pocos días después de su ingreso en el hospital, falleció.

Arnold Bennett

Este novelista y dramaturgo del siglo XX creyó saber más que nadie, y acabó pagándolo caro. En 1931 en París se creía que el agua estaba contaminada por tifus, y Bennet, en un alarde de superioridad, decidió beber de ese agua para demostrar que el pueblo, inculto, no tenía razón, y que el agua estaba en perfectas condiciones. A los pocos días murió de tifus.

Papa Adriano IV

De las moscas siempre se ha dicho que son pesadas, pero letales….que se lo digan al pontífice inglés. Según afirma Gregorio Doval, autor de “El libro de los hechos insólitos”, mientras el Papa paseaba, se le metió una mosca en la boca, quedándose atragantada en su garganta. Por más que lo intentaron, nada se pudo hacer y murió asfixiado de la forma más tonta.

Tycho Brahe

Los modales le salieron caros. Este famoso astrónomo del siglo XVI falleció por no orinar después de beber en exceso durante una cena. Por no levantarse y hacer el feo, se aguantó, sufrió daños graves en la vejiga y poco después falleció. Pero tras exhumar su cadáver en 2010, han encontrado altas dosis de mercurio en sus huesos y cabellos, lo que hace tambalear mucho la teoría de que murió por no ir al baño, y cobra fuerza la de muerte por envenenamiento.

Enrique I de Castilla

La historia suele contar como los reyes morían en el campo de batalla o en su cama por alguna enfermedad tras años y años de duro reinado, pero Enrique I no corrió esa suerte. Con tan solo 13 años, sin apenas oler el trono, falleció de una pedrada mientras jugaba con sus amigos.

Arquímedes

Conocido por el principio hidrostático que lleva su propio nombre y el principio de la palanca, entre otras muchas teorías sobre física y matemáticas, este gran científico de la Grecia clásica murió sin pena ni gloria a manos de un soldado que se hartó de las reprimendas del sabio, y en un impulso, le atravesó con la espada.

Jean Baptiste Lully

El peso de la batuta de este compositor francés pudo con él, literalmente. La pesada barra de hierro que portaba para marcar el compás en la orquesta se le cayó en el pie, y debido a las heridas que le produjo el accidente, murió por la gangrena que se le formó.

Francis Bacon

Este célebre filósofo, abogado y escritor murió por curiosear. Intentaba comprobar si el frío era bueno para la conservación de los alimentos, y salió a la nieve a enterrar un pollo con la mala suerte de pillar una neumonía, que poco tiempo después acabaría con su vida.

Agatocles

Conocido como “el tirano de Siracusa”, este político y militar griego tuvo una muerte un tanto absurda. Tras una comida, se atragantó al utilizar un palillo y falleció.

Esquilo

Este dramaturgo de origen griego fue el creador de la famosa tragedia griega, aunque su muerte más que trágica parece sacada de una comedia. Su vida acabó cuando una tortuga cayó de las garras de un águila y le golpeó la cabeza.

Alejandro I de Grecia

Tuvo un reinado muy poco fructífero y, por si fuera poco, su muerte tampoco fue digna de un gran rey. Un mono que tenía de mascota le mordió y le contagió la rabia, lo que acabo provocándole una infección grave que acabó con su vida.

Maximiliano de Austria

Comer fruta siempre es bueno, pero en exceso ya se sabe… Eso le pasó a este emperador germánico romano, que murió por una fuerte indigestión por comer melones.

Allan Pinkerton

Fue el fundador de la primera agencia de detectives del mundo, la “Agencia Pikerton”, pero hasta los más astutos tienen sus momentos tontos. Resbaló mientras caminaba y se mordió fuertemente la lengua, lo que al poco tiempo le provocó una gangrena que acabó con su vida.

Isadora Duncan

Fue una gran bailarina estadounidense, pero su estrella le duró poco. Al subir a su coche, se le enredó la bufanda que llevaba en la rueda y murió estrangulada a los 50 años.