Bruno Amadio, un pintor que vivió con más penas que glorias, y al que le sigue una leyenda negra y oscura. Por sus cuadros “los niños llorones”, según la historia dicen que estos cuadros están malditos por qué serían una puerta para pactar con el diablo, y que terribles cosas recaen a todos aquellos que osan tener estos cuadros colgados en sus casas.
Cuenta la historia que Bruno Amadio pinto un total de 27 cuadros en esta serie y que todos los niños que el pintaba eran de orfanatos.
En una de las versiones más conocidas de esta leyenda urbana es que el primer cuadro que pintó Bruno, se quedó en el mismo orfanato de dónde era el niño retratado y que dicho orfanato ardió hasta los cimientos a los pocos días, todos murieron abrasados, incluso el propio niño que fue pintado por Amadio en el cuadro. Pero misteriosamente el cuadro fue el único objeto que no fue pasto de las llamas. De este modo, el espíritu del niño quedó atrapado en el lienzo.
Además de eso cuentan también que si uno se colocaba delante del cuadro del niño llorón podía pactar con el diablo y esto sucedía cuando mirabas directamente a los ojos del niño. Hoy quedan muchos de sus cuadros en circulación y todavía son muchos los que aseguran que en sus hogares suceden cosas extrañas.
Este quizá sea uno de los más famosos, pues se dice que al girarlo se ve a un pez devorando al niño.