Los supermercados lo tienen claro: vas a llegar a casa sí o sí con el carro lleno y los bolsillos vacíos (o llenos de las chorraditas que has comprado en el último estante y para las que ya no tenías ninguna bolsa). Aunque te creas que el desorden que hay en las estanterías es culpa de la desidia de los empleados, en realidad está todo estudiado al milímetro. Aprende las fórmulas más habituales con las que te quieren engañar y combátelas.
1. La fruta y la verdura tienden a estar en el primer pasillo, para que realices la compra sana al inicio y después estés más predispuesto a regalarte un capricho por lo bueno que has sido al principio.
2. Los carros son tan grandes para que tengas la sensación de que te olvidas algo si no lo llenas. ¿Qué hay más bonito que un carro lleno hasta arriba (si lo paga otro)?
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