Este proyecto tiene como objetivo concienciar a la sociedad de las realidades a las que los migrantes, que no pueden cumplir el sueño americano, se ven sometidos.
Los sueños de cientos de miles de indocumentados que se encuentran perdidos en territorio mexicano se hacen añicos, ya que se convierten en víctimas de agresiones sexuales o accidentes durante su duro viaje hacia una vida mejor.
Es una historia de fracaso y dolor, de desprecio conectado a la violación de los derechos humanos de aquellos que no son capaces de llegar a su destino. Se convierten en las víctimas de todas las formas de vejaciones y humillaciones, dirigidos por las autoridades de migración y las bandas delictivas.
“Al otro lado del sueño” muestra la otra cara de la migración centroamericana y el enorme precio pagado en busca de un buen trabajo y un futuro mejor. Revela evidencia de la gran y dolorosa falta de sensibilidad de la frontera entre México y Estados Unidos.
Las fotografías fueron tomadas por Nicola “Okin” Frioli, todos los derechos reservados.
Teófilo Santos Rivera, de 42 años, Panamá. Fue víctima de un asalto masivo por pandilleros durante su travesía por México. Saltó del techo del tren, perjudicando sus pies.
También sufre de cirrosis hepática y un tumor cancerígeno en su espalda. En enero de 2014, un médico le dio sólo 40 días de vida. Su objetivo es ver a sus hijos y nietos para despedirse. Tapachula, Chiapas, 2014.
Mariana, 29 años, Honduras. Ella fue asaltada durante su travesía como una persona indocumentada a través de México con la intención de llegar a Estados Unidos. Fue empujada por los asaltantes por un barranco, y evitó un intento de violación.
Armando, El Salvador (foto a la izquierda). Su destino fue Estados Unidos, pero fue deportado en Baja California, mientras viajaba en un tren de carga cruzando México. Él intentó cruzar a través de Tenosique, Tabasco.
Al tratar de abordar el tren en su segundo intento, se cayó y el tren amputó el brazo. Se espera un documento que lo certifique como refugiado. Tapachula, Chiapas, 2014.
Anónimo – 21 años de edad, Salvador Santo. Ha escrito el número de teléfono de un familiar en Honduras en el interior de su morral. Oculta su información para prevenir los secuestros y la extorsión de su familia mientras cruza México.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, se reportaron 3.600 casos de secuestro en 2013, en comparación con 1.259 en 2012. México, 2014.
Persona anónima ocultas detrás de cartón para proteger su identidad. El mensaje dice: “He trabajado con los traficantes de drogas (en Honduras) para mantener a mi familia, hasta que me escapé por la seguridad de mis hijos”.
En América Central, uno de los pocos trabajos disponibles es el tráfico de drogas. Tapachula, México, 2014.
Sombrero de un esposo. (Honduras) El marido de Lydia murió hace dos años de un traumatismo cerebral durante un impacto con un tren. Ella regresó a su país cuando entregaron el cuerpo.
Ella viaja a pie con una caravana de inmigrantes indocumentados encabezados por el padre Solalinde desde el Albergue “Hermanos en el Camino”. DF, México, 2014.
Gonzalo (foto a la derecha), cumplió 22 años durante su viaje como una persona indocumentada en México. Su familia en Honduras espera que él cruce a los Estados Unidos pronto.
Dejó un mensaje en esta foto para su esposa y su hija de 9 meses de edad: “Lorena, Rafaela, las extraño mucho. Regreso pronto”. Ixtepec, Oaxaca, 2011.
Este rosario fue dado a Elsa Santos Mateo (28, Honduras) por su jefe en Guatemala para protegerla durante su viaje.
Yenifer, 8, Guatemala. Ella sufrió, junto con su hermana de 12 años y otros 11 inmigrantes, un accidente automovilístico en Chiapas. El accidente fue causado por un neumático frontal de la camioneta que ya no estaba en condiciones.
La única persona que murió fue el conductor. Querían llegar a los EE.UU. Tapachula, Chiapas, 2014.
Vía: BP