6 Curiosas historias de marcas que cambiaron sus nombres para entrar a nuevos mercados

La única parte del mundo donde un Magnum no es un Magnum, es en Grecia debido a que la competencia lo registró antes de su ingreso al país.

La globalización ha empequeñecido el mundo y hoy es posible consumir exactamente el mismo café Starbucks en Nueva York, como en Bruselas, o comer la misma hamburguesa Big Mac tanto en Sydney como en Sao Paulo. Las marcas han tenido que saber alcanzar todos los rincones del mundo en donde sus servicios puedan tener asidero. Sin embargo, muchas de ellas, han tenido que hacer un cambio en su nombre, ya sea por adaptarse al contexto cultural, por temas de pronunciación, temas legales o incluso políticos. En español encontramos ejemplos notables de incompatibilidades, principalmente en el sector automovilístico. Mitsubishi Pajero, Mazda Laputa o Nissan Jetta han tenido que buscar alternativas para los países de habla hispana. Pero no son los únicos ejemplos.

A continuación te mostramos algunas de las marcas que cambiaron sus nombres para estar en otros países.

1. El nombre axe (hacha en inglés) tuvo que ser reemplazado por dar una imagen violenta

Axe fue lanzada en 1983 por Unilever en Francia. El producto prontamente fue un éxito y revolucionó el mercado de los desodorantes. De esta forma se buscó llevarlo a distintos países de Europa pero había un inconveniente. La palabra Axe, en inglés quiere decir hacha y sería un tanto agresiva para los países angloparlantes. Así se decidió cambiar el nombre a Lynx que terminaría siendo la marca oficial para todos los países de habla inglesa como Australia y Nueva Zelanda. En el resto de los países de habla hispana el producto mantuvo su nombre original.

2. Vodafone cambió su nombre por una fusión

La empresa tuvo sus inicios en 1991 con la fundación del grupo de telecomunicaciones Vodafone Group. El año 2005 tras un exitoso período, Vodafone adquirió el 50% de la empresa Telecom, presente en África. Ambos nombres se unieron formando Vodacom, pero los colores no se cambiaron por completo. Hacia el 2008, cuando Vodafone adquirió el 70% de la compañía, eliminó los restos de azul y adaptó el logo a través de una singular campaña llamada “Vodacom is red”.

3. Nestlé (la competencia de Magnum) registró la marca antes de que llegara a Grecia

Es curioso pensar que el único lugar en el mundo donde un Magnum no es un Magnum, es en Grecia. Esto se debe a que su competencia, Nestlé hizo una jugada vivaz y se adjudicó el registro de la marca obstaculizando la entrada del rival. Aún así la empresa afectada no se hizo problema y reemplazo su clásico nombre con la marca Magic para mantener la M.

4. El nombre “Burger King” lo tenía un pequeño restorán de Adelaida

La empresa Burger King nació en 1954 de la mano de dos jóvenes emprendedores. Su concepto novedoso hace que la idea sea un éxito y su expansión se acelere con el pasar de los años. Hacia la década del 70 su plan era conquistar las lejanas tierras australianas, sin embargo se encontraron con la amarga sorpresa de que el nombre ya estaba inscrito en un restorán de la para entonces pequeña ciudad de Adelaida. Así la empresa dio distintas alternativas de nombre al dueño de la franquicia australiana Jack Cowin. Él eligió “Hungry Jack” pero agregó un apóstrofe al final para darle el toque de gracia. Así nació “Hungry Jack’s”.

5. Mitsubishi tuvo que recurrir a un cambio de urgencia con su modelo Pajero

La marca japonesa Mitsubishi lanzó un diseño para el continente sudamericano y bautizó al modelo como Mitsubishi Pajero. El nombre estaba inspirado en una variedad de jaguar conocido como gato pajero, por habitar normalmente en los pajonales. Lo que no sabían es que en español la palabra pajero es bastante vulgar y tiene fuertes connotaciones sexuales. Para evitar mayores problemas decidieron cambiarlo a Montero.

6. En España una marca se había apoderado de la palabra “donut”

En 1950 cuando William Rosenberg inició su empresa de donuts en Massachusetts, Estados Unidos, jamás pensó el éxito que le esperaba. Su nombre nace de un juego de palabras que en castellano sería parecido a “remojando donuts”. Años después cuando ya era una enorme cadena, e intentó instalarse en España, se encontró con que la marca Panrico tenía registrado el término “Dónuts”. Según la legislación española, ninguna otra empresa podría entonces utilizar la palabra. Resignados, bautizaron la franquicia como “Dunkin Coffee”.