Este hotel fue abandonado durante décadas por guardar un OSCURO secreto ¡Susto!

Si alguna vez te encuentras atravesando las cercanías de la capital colombiana de Bogotá, podrías estar viendo una extraña estructura cerca de las Cataratas de Tequendama. Esta es una antigua mansión que parece salida de una película de terror, pero te aseguro que este espeluznante edificio esconde algo realmente increíble.

A pesar de que ahora se llama Casa Museo Salto de Tequendama Biodiversidad y Cultura, antes solía ser conocido como el Hotel del Salto. Según las leyendas locales, este hotel fue abandonado por presentar actividad paranormal y unas fuerzas geográficas sofocantes que sacaron a todo el mundo y el lugar quedara como inhabitable.

Fue construido en 1923 por el arquitecto Carlos Arturo Tapias, la mansión original sirvió como un símbolo de la élite de Colombia.

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Durante casi 30 años, el más rico entre los ricos, convocaba aquí a otros miembros de la alta sociedad a todas sus reuniones sociales.

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Su objetivo era iniciar la construcción en 1950 para crear el hotel más extravagante que Colombia haya visto nunca.

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Pero, de repente, nadie más quiso visitar la mansión.

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Y durante décadas, este hermoso edificio estuvo abandonado. Y la madre naturaleza comenzó lentamente a reclamarlo como suyo.

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Una de las razones de este abandono fue la contaminación del agua.

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Al día de hoy, el río cercano sigue siendo la segunda vía fluvial más contaminada del planeta. El olor es tan fuerte, que de hecho, que se insta a los visitantes a traer Vick VapoRub para enmascarar el mal olor.

Pero también había algo mucho más aterrador en marcha en estas montañas…

Supuestamente, los hombres nativos saltaron de estos acantilados para escapar del ataque. Cuenta la leyenda que se convirtieron en águilas al saltar, por lo que la gente rica, cuando estaba ebria, intentaron recrear la escena. Obviamente, esto llevó a muchas muertes. Se dice que sus fantasmas todavía se ciernen sobre la zona de la mansión y sus alrededores.

Y no fue sino hasta 1990 que el edificio tuvo un cambio de imagen.

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Ahora, es un museo dedicado a la biodiversidad de Colombia, y presenta numerosas exposiciones públicas cada año.

Y como es lógico, se sigue instando a los visitantes a ser conscientes de su entorno, y evitar caminar por los pasillos oscuros en la noche.