La vida de esta pareja inspiró la creación del relato más famoso de esta historia…
Ante los ojos de la corte de Francia del siglo XVI, Pedro González era un ser salvaje que posiblemente se transformaría en hombre lobo con la luna llena, pero este joven, cuyo cuerpo estaba completamente cubierto de pelo, no sólo desafió la ciencia de su época transformándose en un caballero culto y educado, sino que además contrajo matrimonio con una bella doncella inspirando la famosa historia de amor.
Dale un vistazo a su historia:
Pedro González nació en 1537 en Tenerife, España…
Y tuvo la desdicha de vivir en una época en donde se creía en criaturas misteriosas y monstruosas que hoy en día son parte de la ficción… Uno de los personajes más temidos de ese tiempo era el “hombre salvaje” que supuestamente en las noche se robaba a los niños para devorarlos.
Pedro sufría de una condición genética llamada hipertricosis:
Que se caracteriza por un exceso de vellosidad que cubre todo el cuerpo a excepción de las palmas de las manos y plantas de los pies, por culpa de esta condición, fue tomado por hombre lobo y capturado para luego ser regalado a Enrique II rey de Francia… En esa época las cortes se fascinaban con las rarezas de la naturaleza y ser “dueño” de algún ser especial (personas con alguna malformación) era símbolo de estatus.
Según una investigación llevada a cabo por el Smithsonian channel y plasmada en un documental llamado “The Real Beauty and the Beast”, el rey decidió entonces hacer un experimento para ver si la temida bestia, que en realidad era un niño de 10 años, podría humanizarse: El joven fue bautizado como Petrus Gonsalvus, cambiando su nombre al latín.
Para llevar a cabo su prueba el rey lo vistió con ropas de noble…
Lo alimentó y le puso tutores que lo educaron enseñándole a leer, a escribir, otros idiomas y todo lo que un caballero de alcurnia debía aprender. Los científicos de la corte quedaron sorprendidos por sus avances y cómo esta “bestia” se había convertido casi en un ser humano… Nada extraordinario, ya que Gonsalvus ERA una persona perfectamente normal.
Cuando Enrique II, su mentor y protector, muere la propiedad de Petrus, porque aun por muy culto y bien vestido, seguía siendo un objeto más en la corte, pasó a manos de su mujer Catalina de Medici.
Ella decidió ir más allá con el experimento y encontrarle una esposa:
Para que procrearan y fue quien eligió a la mujer que debería vivir junto a este ser medio hombre y medio animal. La doncella debía ser ¡Hermosa y con una personalidad difícil de intimidar!. La elegida fue una joven llamada Catherine, quien conoció a su marido el día de la boda.
Despojados de sus hijos.
El plan maestro de la reina era ver qué pasaba si una bella mujer se unía con este extraño ser ¿concebirían pequeñas bestias?… Sin embargo, los primeros dos hijos de la pareja nacieron completamente normales lo cual amenazaba con hacer fracasar el experimento de la reina.
Pero Petrus y su mujer tuvieron siete hijos en total y cuatro de ellos nacieron con hipertricosis para deleite de Catalina de Medici, fueron varios los pintores que retrataron a la “familia salvaje” inmortalizándola y propagando su fama por toda Europa.
Con el duque Ranuccio Farnese como su nuevo patrón…
Después de cambiar varias veces de dueño, la familia se asentó en Parma, Italia, con el duque como su nuevo patrón: Este hombre explotó a los niños Gonsalvus separándolos de sus padres y entregándolos como regalos… La pequeña Antonietta, por ejemplo, fue ofrecida a Isabella Pallavicina una de las amantes del duque.
Un cruel destino decidido por la ignorancia de la época hizo que a estos niños se les tratara como mascotas de la clase poderosa. Parte de esa historia puede leerse en el libro “The Marvelous Hairy Girls: The Gonzales Sisters and Their Worlds” de Merry E. Wiesner-Hanks.
Finalmente, la pareja se fue a vivir al pueblo italiano Capodimonte donde pudo llevar una vida más tranquila, las investigaciones confirman que estuvieron casados por aproximadamente 40 años.
En los registros de muerte de la ciudad se indica que Catherine falleció en 1623. Sin embargo, no existe ningún archivo con el año de muerte de su marido. Los estudiosos entrevistados por Smithsonian Channel aventuran, en el documental, que es posible que nunca se le haya considerado un ser humano digno de un ritual cristiano, sino que más cercano a un animal y por eso no hay registros.