Karina Chikitova es una niña de 4 años que vive en Siberia y que dejó a todo el mundo sorprendido con lo que le ocurrió en julio del año pasado. Los noticieros de todo el mundo hablaban de un milagro, pues es casi imposible que una niña de su edad sobreviviera a algo así…
La pequeña decidió ir a visitar a su padre, que vive en un pueblo cercano, muchas veces antes había caminado hasta allí sola para verlo. Pero cuando llegó al pueblo, su padre no estaba allí, así que decidió ir a buscarlo junto con su perro.
Un terrible error, porque se perdió en el gigante bosque siberiano. Incluso los adultos de la región entran en el bosque con armas porque está lleno de osos y lobos.
Y ahora la niña caminaba por el bosque acompañada solamente por su fiel amigo de cuatro patas
Su padre emprendió un viaje sin saber que su pequeña iba a ir a visitarlo, y su madre creyó que la pequeña habia encontrado a su padre y que por lo tanto estaba con él.
Cuatro días después ambos se dieron cuenta del terrible malentendido y salieron a buscarla junto a un grupo de rescatistas. Mientras la buscaban la pequeña seguía perdida en el medio del inmenso bosque, alimentándose de bayas silvestres y bebiendo agua de un río.
Siempre junto a su perro, con el que se acurrucaba por la noches para poder soportar las bajas temperaturas que por esos lados alcanzan hasta los cero grados…
Primero pasa una semana, luego 10 días, y la esperanza de encontrarla con vida va disminuyendo poco a poco. Pero 11 días después de no tener señales de Karina, su pequeño y fiel perro, que partió con ella en busca de su padre, retorna al pueblo. Al principio los equipos de rescate interpretan esto como una mala señal. Asumen lo peor: que Karina ha muerto en el bosque y su perrito ha vuelto. Lo cierto es que el perrito sale de nuevo hacia el bosque y deciden seguirlo.
No pueden creer lo que ven sus ojos. La niña de 3 años está sentada en el bosque parece muy asustada. Está deshidratada, hambrienta y tiene mucho frío, pero lo más importante es que está bien.
Logró sobrevivir en tales condiciones, duras incluso para los adultos, gracias a su compañero de 4 patas, su viaje involuntario al bosque tuvo un final feliz. Los padres de Karina están felices de sostenerla en los brazos de nuevo.
Para rendir homenaje al perrito, en el pueblo de Karina han erigido una estatua de este y la pequeña.
