El mundo entero es así porque ha pasado por miles de años que lo llevaron a ser lo que es hoy. Nuestro cuerpo también lleva varios siglos pasando por un proceso de evolución similar que, aún hoy, no pasa desapercibido. Es que tenemos una serie de órganos que, aunque ya no requerimos, están ahí recordándonos de dónde venimos.
Una entretenida prueba para saber si tienes uno de ellos, es poner tu mano con la palma hacia arriba y unir tu meñique a tu pulgar.
Si ves algo sobresaliendo, eres parte de la gran mayoría que aún tiene el músculo llamado palmaris longus, que existe en animales que usan sus antebrazos para moverse. Sin embargo, entre el 10% y15% de las personas ya no lo tienen y eso no las hace más débiles.