14 Cosas que todos los profesores están hartos de aguantar

Ser profesor puede convertirse en algo abrumador cuando pasas la mayor parte de tu tiempo lidiando con las mismas historias, las mismas técnicas, y las mismas faltas, generación tras generación, si no fuese porque aman su trabajo ellos ya se habrían vuelto locos de la monotonía, echa un vistazo a 14 cosas que todos los profesores están hartos de aguantar:

1. Pedir permiso para ir al baño.

Pedir permiso para ir al baño.

Vale, te dejo, pero que sepas que por culpa de tu vejiga ahora no aprenderás a dividir NUNCA.

2. Y quejarse porque antes sí le he dado permiso a otra persona.

Y quejarse porque antes sí le he dado permiso a otra persona.

¡La vida es injusta! BUM Ya has aprendido algo hoy. De nada.

3. Que un alumno diga que el profesor le tiene manía.

Especialmente si le tiene manía. No lo arregla mucho esto.

4. Mirar el móvil.

Mirar el móvil.

Se nota todavía más.

5. Hacerse un selfie en clase.

Hacerse un selfie en clase.

Especialmente si salta el flash.

6. Copiar durante todo el examen y mirar para otro lado como si estuvieseis pensando cuando pasa el profesor.

Sutil. Muy sutil.

7. Utilizar una fuente enorme para que los trabajos ocupen más espacio.

Utilizar una fuente enorme para que los trabajos ocupen más espacio.

Interlineado el que tengo aquí colgado.

8. Inventarte la respuesta y que se note mucho, a pesar de que has puesto cara de pensártelo un montón.

Inventarte la respuesta y que se note mucho, a pesar de que has puesto cara de pensártelo un montón.

Decir un pintor renacentista al azar puede colar; decir un año al azar y elegir el correcto es bastante más complicado.

9. Impacientarse al levantar la mano y sujetarte el brazo con el otro.

Impacientarse al levantar la mano y sujetarte el brazo con el otro.

He visto de lo que eres capaz. Tienes energía suficiente como para esperar 10 segundos con el brazo en alto.

10. Dormir en clase.

Dormir en clase.

Los sueños igual son dulces; la nota, más amarga.

11. Inventarse excusas malísimas.

Inventarse excusas malísimas.

Es imposible que tengas tantos abuelos. Y estadísticamente, alguno debería tener buena salud.

12. Hablar en clase y no darte cuenta de que estás subiendo el volumen.

Hablar en clase y no darte cuenta de que estás subiendo el volumen.

Cuando te empieza a doler la garganta es un buen momento para parar.

13. Ser el graciosillo.

Ser el graciosillo.

Gracias, nunca se me había ocurrido lo graciosas que son palabras como envergadura, escandinavo o penetración.

14. Copiar directamente de Wikipedia. Especialmente si no cambias el formato y dejas los enlaces.

Cuando se copiaba la Encarta y no lo tenía todo el mundo era menos evidente.

Vía: Buzzfeed