Muchos querían vomitar al verla en bikini, pero una desconocida le cambió la vida

Hay un caso muy impactante en EE.UU sobre una chica de 20 años de edad, vive en New Jersey, Sara Gebert nació con una enfermedad que no es muy común, esta chica posee Pseudoobstrucción Intestinal Crónica, ¿qué es esta enfermedad?, es un trastorno gastrointestinal se caracteriza por tener episodios referente a una obstrucción mecánica, lo grave de esta enfermedad que no se puede detectar por rayos X, se visualiza cuando el paciente ya la tiene. Sus síntomas pueden ser: vómitos, estreñimiento, dolor abdominal, absorción deficiente de minerales lo que hace que la persona pierda persona incontrolablemente.

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Lo que les impide a las personas que sufren de esta enfermedad deque no pueden comer durante años, lo pueden realizar mediante una sonda, que para su colocación se debe realizar una operación donde se la instalan internamente. En los rayos X se puede visualizar la deformidad del intestino delgado y los otros órganos que se ven involucrados.

Esta extraña enfermedad no es contagiosa, ni es hereditaria, raramente un bebé puede nacer con ésto, o se le puede ir desarrollando con el tiempo.

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Sara sufre de un bullying constante desde que era pequeña. Ella ha sabido como sobrellevar esta situación después de tanta burla y de tantos comentarios tan ofensivos para ella, pero un día se armó de valor y fue a la playa tras mucho pensarlo y se colocó su bikini favorito.

Ella se encontraba caminando con sus amigos en la playa, y de repente se encontró con una señora la cual se le quedó viendo de una manera indiscreta, le observó de pies a cabeza, y de cabeza a pies. Sara ya estaba acostumbrada a esas miradas inoportunas, pero ese día fue diferente.

La señora simplemente le dio las gracias. Le agradeció por ser tan valiente y mostrarse tal y como era delante de cientos de personas. Esto, aunque parezca tonto aumentó la confianza de Sara. Tanto así, que publicó una carta por Facebook agradeciendo a esa persona desconocida, explicándole que desde ese día se siente otra persona.

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“…Pero después de hablar con usted durante esos pocos minutos, todas mis preocupaciones se desvanecieron. En ese momento, me di cuenta de lo que parezco, no importa, y para el resto de las vacaciones entendí que no necesitaba tantos trajes de baño como me había traído.

Así que gracias. Gracias por la restauración de mi fe en el bien de la gente como usted. Gracias por permitir que me sienta cómoda en mi propia piel. Y, por último, gracias por darme la confianza para disfrutar de mis vacaciones en la mayor medida…”.

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