Un profesor le dijo a una estudiante de sexto grado que su falda era para “ir de juerga”

El miércoles, Reese Webster, una estudiante de sexto grado, se levantó para ir a la escuela y se puso la camiseta del uniforme, unos botines de ante y una falda de mezclilla con botones delante, que había usado varias veces durante las primeras semanas del curso escolar en la Moultrie Middle School, en Mount Pleasant, Carolina del Sur.

Unas horas más tarde, Reese llamó a su madre, Suzie, desde la oficina del director de la escuela, para pedirle que le llevara unos pantalones porque su falda era “demasiado corta” para asistir a clases.

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“Todos los que me conocen, saben que soy una madre muy tranquila y serena, me gusta dejar que mis hijos luchen sus propias batallas en la vida. Sin embargo, esto me ha desbordado”, escribió Suzie en Facebook.

“Descubrí que le llamaron la atención a Reese en el pasillo, en medio de otros niños, y le dijeron que fuera a la oficina del director porque su falda era demasiado corta y debía cambiársela. Además, el profesor le dijo que iba vestida para “ir de juerga”. ¡¿Cómo?! No conozco a muchas mujeres que usen una camiseta cuadrada y una decorosa falda de mezclilla para salir de fiesta. Quizá el problema eran sus llamativos botines”, escribió Suzie.

Sin embargo, la situación empeoró. Cuando Reese llegó a la oficina, los funcionarios de la escuela midieron la falda con una cinta métrica para saber si cumplía el reglamento, el cual afirma que no puede superar los 12 centímetros por encima de las rodillas. Según Suzie, en ese momento la escuela se retractó de lo dicho y afirmó que Reese podría seguir usando la falda.

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“Sin embargo, llegados a ese punto, ella se sentía tan avergonzada que quiso ponerse los pantalones y dijo que nunca más usaría esa falda”, escribió. Suzie añadió que Reese se disculpó varias veces durante la terrible experiencia.

En su publicación en Facebook, Suzie explicó que ella no tiene ningún problema con el reglamento de vestuario de la escuela con el que, dicho sea de paso, Reese cumplía, sino con la forma en que se manejó el asunto.

“Cuando me enfadé, le dije al director que creía que todo aquello había sido una locura, que no debían haber humillado a mi hija de esa forma delante de otros estudiantes, y que si les preocupaba que se siguiera el reglamento de vestuario, existían formas más discretas de hacerlo cumplir, que no fuera la humillación pública”, escribió.

“Mientras Reese se cambiaba, su director, el Sr. Cumberback comenzó a explicarme que era necesario fijarse en la ropa que usaban las niñas porque a esa edad los niños se distraen fácilmente con la apariencia de las niñas. Por tanto, para evitar esas situaciones, necesitaban asegurarse de que las faldas eran suficientemente largas. ¡¿Cómo?! Ese es el problema que tiene la sociedad de hoy. ¡¿ASÍ QUE MI HIJA FUE HUMILLADA DELANTE DE SUS COMPAÑEROS Y LE HICIERON CREER QUE ERA UNA NIÑA MALA PORQUE LOS NIÑOS NO PUEDEN CONTROLAR SUS PENSAMIENTOS OBSCENOS!?”, escribió Suzie. “Tengo que confesar que ni siquiera llegó a terminar de explicarme todo su argumento porque le pedí que parara y le dije lo que pensaba. Incluso así, él todavía sentía la necesidad de explicarle a Reese cuán inapropiados podían ser los pensamientos de los niños. Ella le respondió amablemente que entendía lo que quería decir porque había tenido problemas con otros niños en su escuela primaria. Triste pero cierto”.

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A pesar de lo ridículo que fue todo, Suzie comentó que se sentía orgullosa de cómo Reese había lidiado con aquella terrible experiencia. No obstante, añadió que, como es lógico, tanto ella como su hija se sintieron decepcionadas.

“Entiendo que tienen que existir límites pero, ¿no deberían centrarse en enseñarles a nuestros hijos a ser amables y enfocarse en sus estudios, en vez de mirar la piel que dejan al descubierto las faldas? Ya resulta difícil educar a las niñas para que tengan una autoestima adecuada y proyecten una buena imagen como para tener que preocuparse además por profesores y directores que las humillan”, añadió. “Cada persona tiene un cuerpo distinto, es muy triste pensar que a las niñas que desarrollan más rápido les llaman la atención por su apariencia, es un enorme error”.

Hasta el momento, la escuela no se ha pronunciado sobre el asunto.