A todos nos gustaría tener la solidez económica suficiente como para vivir cómodamente sin preocuparnos de tener un trabajo estable, o incluso poder tomarnos varios años sabáticos viajando por el mundo. Sin embargo, sabemos que es una ilusión vana que es poco probable que se materialice.
Pero la historia que te contaremos a continuación prueba que, al parecer, estábamos muy equivocados al respecto.
El matrimonio australiano compuesto por Scott y Mina O’Neill, de 28 y 29 años respectivamente, tiene un patrimonio de 10 millones de dólares. Esta millonaria pareja además es dueña de 25 propiedades, las cuales arriendan y les generan la totalidad de su ingreso mensual.
Pero este es el final feliz de una larga historia.
En 2010, un buen tiempo luego de conocerse, Scott y Mina compraron su primera casa juntos. Él trabajaba como ingeniero a tiempo completo, y ella se desempeñaba en ventas, por lo que juntar el dinero para la casa les valió varios sacrificios.
Tenían apenas 22 y 23 años respectivamente cuando compraron su primer hogar, avaluado en 480 dólares.
Luego de estudiar el mercado y hacer unos cálculos, descubrieron que tras tener su primera propiedad podrían conseguir una nueva mucho más fácil. Además, su casa subió de precio luego de la compra, lo que les generó ganancias.
“Cuando compras la primera casa, digamos que la compraste por $400.000 dólares y aumenta su precio a $500.0000 a lo largo de un par de años”, explica Mina O’Neill, “en ese momento puedes volver al banco y refinanciar el 80% hipotéticamente, del nuevo precio de compra”.
En algunos bancos del mundo, es posible refinanciar la deuda tomando en cuenta lo pagado y lo debido, para conseguir una cuota mensual menor. En el caso de los O’Neil, ellos le pedían al banco que recalculara el valor de su casa para entregarles un margen de dinero a favor.
“Eso te daría acceso a $80.000, el 80% de los $100.000 dólares que tu propiedad ganó y puedes usar ese dinero para darlo de pie para tu próxima propiedad”, añade Mina.
La pareja admite haber tenido suerte, porque en ese momento las casas eran bastante menos costosas.
Por ejemplo, la misma casa que en 2010 les hubiese costado 500 mil dólares, hoy vale 840 mil. Además de revisar las posibilidades de subir de precio de cada casa, pensaron qué tanta oportunidad de ser arrendadas por un buen precio tenían las construcciones.
“Tienes que asegurarte de que la renta pueda cubrir las deudas extras que ya causaste con la compra de tu primera casa y con la deuda que acabas de adquirir con la segura. No deberías crear una deuda interna que te haga colapsar”, explica Mina.
Tan bien les ha ido, que renunciaron a sus trabajos anteriores e hicieron su propia compañía para ayudar a la gente a invertir en propiedades. Actualmente mantienen todo su patrimonio, tienen todas sus casas alquiladas al mismo tiempo que -paradójicamente- viven en una casa rentada.