Cuando Carol Brian entró en el consultorio de su esteticista para probar un nuevo tipo de procedimiento, no se imaginaba, que quedaría como un monstruo y que se miraria con horror ante el espejo después. Ahora, esta americana, que se quedó deformada y ciega de un ojo, ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para los pacientes potenciales de los cirujanos plásticos y esteticistas.

Después de cumplir 30 años, Brian comenzó a hacerse periódicamente inyecciones de Botox para suavizar las arrugas finas en su cara. Esta feliz con el resultado… 

En el 2009, a la edad de 47 años, Carol, siguio el consejo de un especialista, y decidio introducirse en la piel de un relleno especial con el fin de corregir la forma de la cara, la frente y los pómulos.

Ella fue una de más de 15 millones de estadounidenses que utilizan los servicios cosmetológicos radicales cada año: desde inyección de rellenos a cirugía de aumento mamario.

Poco después de la inyección en la cara de la mujer le aparecieron hematomas y una hinchazón gigante, que fueron llamados “efectos secundarios comunes” …

“Sin embargo, tres meses después del procedimiento, estaba horrorizada por cómo me veía,” – dijo a The Independent. Brian tomó procedimientos correctivos, pero hubiera sido mejor que no se los haya hecho … Como resultado de la primera operación para extirpar un tumor de su frente, tocaron un nervio óptico, y perdió el ojo derecho para siempre.

“Mi cara siguió hinchándose y deformándose -. En tal medida que me vi obligada a ocultarme no sólo de mis amigos, sino también de mis familiares, pero incluso de mí misma, porque tenía miedo de mirarme en el espejo!” – Dijo a la víctima.

Más tarde se hizo evidente que la esteticista mezcló dos rellenos diferentea, uno de los cuales ha sido silicon, en la misma jeringa, y los inyectó juntos en el rostro, ¡cometiendo un crazo error!

“Me sentía como si mi en cabeza y hombros hubiera otra cabeza, mi frente se hinchó tanto que me tapaba los ojos, así que ni siquiera podía ver, sin levantar el pliegue …”

Durante tres años, la mujer se las ha pasado encerrada en su habitación, sin hablar con nadie, y queriendo suicidarse …

Al final, su hija fue capaz de convencer a la mujer para pedir ayuda calificada. Tuvieron que mudarse de Florida a Los Ángeles para comenzar el difícil camino hacia la recuperación.

El dolor de los procedimientos de corrección fueron simplemente indescriptibles. Y se prolongó durante cuatro largos años. Lo más grave fue la operación de 17 horas para el trasplante de piel de la parte posterior en la cara …

Hoy Carol maneja un movimiento social, que se dedica a informar a los pacientes de las clínicas cosméticas sobre las posibles consecuencias.

Ahora anima a imponer normas más estrictas para tales procedimientos, y pide a otros pensar bien para qué cambiar su apariencia, “Quiero que todos los que lean mi historia, se den cuenta de que son hermosos tal como son, y que merecen ser amados. Nuestra visión colectiva de la belleza de hoy en día es tan corrupta que es raro encontrar a una persona que vea su atractivo natural “.