1. Selecciona lo que necesitas y organiza.
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Organizar no significa re-organizar después, otra vez y otra vez y otra vez. Si hay algo que no has tocado en más de 6 meses, tíralo o devuélvelo, pero no lo guardes.
2. Reconsidera tu inventario.
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Por supuesto, debes tener toallas, pero ¿de verdad necesitas 15? Y ¿qué tal los 5 tazones de ensaladas? ¿y los 4 cuchillos de carnicero? No vas a echar de menos a estos elementos duplicados.
3. Detén la caza de descuentos.
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Compra lo que necesitas (y sólo lo que necesitas), cuando lo necesites. Sólo porque es bonito y está en rebaja no significa que tiene que ser tuyo.
4. Reutiliza tu tiempo.
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Pasar 8 horas a la semana limpiando y “organizando” tu casa, es pues, una perdida de tiempo. El tiempo que dediques a purgar tu desorden reaparecerá después como tiempo de ocio.
5. Úsalo o bótalo/regálalo.
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Dale a tu armario una buena revisión y descubrirás que te angustias menos a la hora de vestirte y que ahorras mucho tiempo a la hora de lavar.
6. Empieza por lo chico.
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Ves pilas y pilas de cosas y te preguntas, ¿por dónde empezar?. Hazlo por donde sea. Toma una caja, abre un cajón y empieza a evaluar qué necesitas y qué no.
7. Mira hacia el futuro.
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Cuando consideres adquirir posesiones, trata de imaginar eso que quieres comprar en tu casa, en un período de 6 meses desde ese momento. Generalmente, te darás cuenta de que no lo necesitas tanto como pensabas.
8. Hazlo ahora.
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Nunca dejes para después lo que puedes hacer ahora.
9. Mantén las superficies libres.
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Si no entra en el estante, pregúntate si lo usas con la suficiente frecuencia como para mirarlo todos los días. Te estoy viendo, exprimidor de jugos.
10. Sueña en color.
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Aunque dicen que los colores neutrales y el gris son los protagonistas del movimiento minimalista, no hay una regla que te prohíba usar algo de color. Anda, atrévete.
11. No puede parar, no se detendrá.
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El minimalismo, como la vida, es un proceso. Si estás alerta evitarás que un nuevo desorden te encuentre.
12. Re-ubica antes de comprar más.
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¿Comprar algo nuevo? Es mucho mejor mover algo que ya tenías.
13. Haz una lista de deseos minimalistas.
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En vez de gastar tu dinero en cosas, considera en invertirlo en experiencias o servicios que enriquezcan tu vida sin saturar tu casa.
14. No dejes que el consumismo te consuma.
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Puedes amoblar tu casa sin necesidad de atiborrarla de muebles.
15. Omite las cosas innecesarias.
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Menos es más.
