A María Luisa Villafranca, el monstruo le agarró pronto. En el verano de 2000, cuando tenía 29 años y estaba de vacaciones, sintió un dolor en la mama. Se palpó y se notó “un bultito”. Dejó pasar unos días, pero aquello no desaparecía. Al contrario, cada vez se hacía más grande. Fue el inicio de meses de lucha.
Ese monstruo, al que María Luisa logró vencer hace ya más de una década, tiene nombre y apellidos: cáncer de mama. Una enfermedad que cada año es diagnosticada en España a cerca de 24.000 mujeres (y 250 hombres) y de la que este domingo se conmemora el Día Mundial.
María Luisa, que ahora tiene 44 años, se refiere a la enfermedad marcando bien sus seis letras. “Cuando los medios de comunicación evitan decir la palabra cáncer no me gusta nada porque es contraproducente para quienes lo sufren y para quienes lo hemos sufrido”, advierte.
Asegura que, para ella, luchar contra el cáncer y vencerlo no ha sido algo malo, sino todo lo contrario. “Te cambia mucho la vida porque es una enfermedad de la que todavía hay gente que se muere. Por eso, acabas poniendo en su lugar las cosas que tienen importancia. A lo mejor hasta que la vida no te da un palo así no valoras muchas cosas que tienes”, explica.
María Luisa, que vive en Valdepeñas (Ciudad Real), únicamente tiene dos recuerdos verdaderamente duros de una lucha que comenzó el 22 de diciembre del 2000: “No se me olvida que ese día empecé el tratamiento porque estaba viendo el sorteo de la lotería de Navidad”.
Lo dice entre risas. Ahora sabe que ha ganado, pero tiene grabado uno de los momentos más oscuros que le hizo pasar el cáncer: el tiempo que transcurrió desde que fue a la consulta del ginecólogo hasta que le confirmaron que sufría la enfermedad.
“EMPECÉ A LUCHAR Y NO HUBO MÁS LLANTO”
“Fueron cerca de dos meses terribles porque vivía en la incertidumbre total. Yo, en mi interior, sabía que tenía cáncer, pero siempre te queda la mínima esperanza de que no sea así”, admite.
En cualquier caso, asegura que, una vez que conoció cuál era su enemigo, los lamentos quedaron atrás. “El ginecólogo me dijo que tenía cáncer de mama y mi marido y yo nos echamos a llorar. Pero salí de esa consulta y dije: ‘Vale. ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué tratamiento hay?’ Empecé a luchar y ya no hubo más llanto en mi vida.”
El otro momento duro, admite, fue cuando se le cayó el pelo debido a la quimioterapia. “Cuando me avisó la oncóloga de que me pasaría eso… Buff. Eres joven, mujer, el físico te preocupa…”. Por eso, explica, acudió a una psicóloga que le dijo: “¿Te preocupa que se te va a caer el pelo? Pues no pasa nada, no pienses en ello”.
“Cuando escuché eso pensé: ‘Para llegar a esa conclusión me basto y me valgo yo sola. No me vuelves a ver el pelo, y nunca mejor dicho. Me compro una peluca, un pañuelo y para adelante”, subraya.
En ese camino de lucha se impuso una regla: que hablar del cáncer no fuera un tabú. Dice que eso le ayudó a aceptarlo, a sacar todo lo que tenía dentro, a lograr el apoyo de la gente. “Cuando sale el tema y lo hablas con libertad, como si hablaras de otro tema, la gente te apoya. Normalmente no recibes más que ánimo y cosas buenas”, asegura.
En eso coincide con Marga Becedas, periodista de 48 años, que en 2007 se operó de cáncer de mama. “Hay que asumirlo, normalizarlo, decir: ‘Esto es lo que toca este año. En 2008 toca curarse. Y es el trabajo del año y a olvidarse de lo demás”, subraya. Afirma que, en este tipo de situaciones, la gente cercana “se retrata”. Y subraya, como María Luisa, que se sorprendió positivamente.
“La gente que esperaba no me falló, pero aluciné con tres o cuatro personas que no me imaginaba que iba a tener a mi lado”, recuerda.
“VIVIR EL DÍA, LUCHAR CADA ASALTO”
Marga afirma que lo que más le ayudó en su lucha fue tener puesta la mira de corto alcance. “En el cáncer hay que vivir el día a día, concentrarse en lo de hoy y no pensar: ‘Mañana me van a hacer esto y voy a estar mal’. No hay que mirar muy lejos ni ponerse muy trascendente. Hay que tener la mira muy corta y luchar cada asalto “.
Aranza Sánchez, que tiene 32 años y vive en Dos Hermanas (Sevilla), añade que una de las claves es intentar vivirlo todo con normalidad. Y eso que, en su caso, no lo tuvo fácil. El 1 de noviembre de 2011, con 29 años, le detectaron un tumor de 11 centímetros en la mama. Muy grande para su edad.
Pero el cáncer no le achicó. “No me puse pañuelo y salí calva a la calle. La gente al principio se te queda mirando, pero luego nada, lo ven con normalidad”.
Y cuando venció a la enfermedad lo celebró de una manera curiosa, reflejó quizá de esa ilusión por los pequeños detalles de la que hablan quienes han vencido al cáncer: “El tratamiento me hizo ganar 16 kilos así que, después, para celebrar que me encontraba bien, me puse el vestido de novia. ¡Volvía a entrar en él!”.
Los testimonios de María Luisa, Marga y Aranza son un motivo para el optimismo en este Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Pero hay más.
UN 82,8% DE LAS PACIENTES LO VENCE
La supervivencia global en España a los cinco años del diagnóstico es del 82,8%, por encima de la media europea y similar a los países con las mejores cifras de supervivencia, según informa la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc).
LA SUPERVIVENCIA RELATIVA AUMENTA
Los últimos datos de la Aecc indican que anualmente la supervivencia por este tumor se incrementa en un 1,4%. Este logro se debe, en parte, a que cada año se multiplica la información sobre la importancia del diagnóstico precoz.
Según datos de Eurocare, la supervivencia relativa a cinco años ha aumentado en España de un 76% en el período 1990-1994 a un 82,8% en el período 2000-2007.
CADA VEZ MÁS, EN FASE PRECOZ
En los últimos diez años, el porcentaje de mujeres con cáncer de mama avanzado -estadio III- ha descendido un 3%, al mismo tiempo que ha aumentado casi un 15% el número de tumores más pequeños -estadio I- según un estudio realizado por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama. Los índices de curación si el tumor es detectado en fase precoz son superiores al 90%.
CADA VEZ SE CURAN MÁS TUMORES
“Hace unos 40 años curábamos el 50% de los tumores; hoy estamos cerca del 80%”, afirma el doctor Javier Cortés, jefe del Grupo de Cáncer de Mama y Melanoma del Instituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
UN FÁRMACO PARA LA ESPERANZA
A finales de septiembre se conoció que un nuevo tratamiento aumentará en un 40% la supervivencia del cáncer de mama HER2 positivo con metástasis, según recoge el estudio Cleopatra, presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica.
PERO… HAY QUE SEGUIR LUCHANDO
Pese a todos los datos positivos, el cáncer de mama sigue siendo una enfermedad grave que puede contar con un peligroso aliado: los recortes, como advierte la Asociación Catalana de Mujeres afectadas por Cáncer de Mama.
María Luisa Villafranca, que venció a la enfermedad, avisa: “Para el Gobierno somos números. Lo único que ven es que curar una enfermedad cuesta tantos millones y se sale o no se sale de su presupuesto. La vida del ser humano no tiene precio”.
Aranza Sánchez, que también sufrió cáncer de mama, critica “el mercadeo” que vio alrededor de la enfermedad. “Todo es muy caro y las mujeres que pasamos por esto necesitamos vernos bien, bonitas, para salir adelante. Una peluca o un bañador pueden llegar a tener precios desorbitados”.
Vía: HuffingtonPost