Toda persona que tenga o haya tenido un perro, podrá entender a la perfección lo que quiero decir.
No tienen pudor para echarse gases, no importa el lugar y ni si estás comiendo o viendo una película. Ellos los sueltan y en cierta manera hasta se sienten orgullosos de ellos.
Los perros pequeños no se han dado cuenta de su tamaño y creen necesitar toda la cama para ellos solos.
“No importa que me de tortícolis, esta es mi manera preferida de dormir”.
Siempre que ves este tipo de fotos, sale de tu boca la palabra “Awwww”.
Alguna vez lo cargaste como si fuera Simba de El Rey León.
No importa a donde vayas, ni cuanto tiempo te tardes, tu perro siempre te ve con una cara de tristeza como si jamás se fueran a volver a ver.
Si no eres de él, no puedes ser de nadie.
Extrañamente aman estar disfrazados. (No todos)
No importa lo que hagas, él siempre necesita estar seguro de que no saldrás huyendo.
Tienen manías desde cachorros, que por más que quieras y aunque “El Encantador de Perros” quisiera quitar, simplemente ya no se puede.
No sé como lo hacen, pero sospechan cuando los piensas bañar, llevar al veterinario, etc.
Se te hace de lo más común, que al estar comiendo su cabeza sobresalga de entre la mesa mientras ve tu comida, como si llevara una semana sin comer.
Esto es lo primero que tus ojos ven al comenzar el día.
Esta es tu nueva forma de dormir, aunque hayas prometido meses atrás que el perro jamás se subiría a la cama.
Así sucede cuando ven pasar a un nuevo perro por el vecindario.
Su cara cambia completamente al verte llegar de la escuela o trabajo.
No importa cuanto hayas gastado en su nueva cama. El siempre preferirá el piso.
Son pésimos para disimular que hicieron algo. Simplemente no pueden con la culpa.
No importa que lo hayas sacado a pasear durante 2 horas, él siempre preferirá hacer del baño dentro de la casa o en el auto.
Recuerda que ellos vinieron a este mundo a darnos amor, risas y compañía. Siempre recuérdales cuánto les agradeces que sean parte de tu vida.
F: Eslamoda