Con 29 años, Brittany Maynard era, hasta enero de este año, una recién casada activa, jovial y con todo el futuro por delante.
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Junto a su esposo, Dan Diaz, estaban buscando tener un hijo y hacer crecer a su familia.
Pero a partir de ese momento comenzó a sufrir dolores de cabeza debilitantes, que la obligaron a buscar atención médica.
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Los médicos le diagnosticaron glioblastoma fase 4. Luego de una cirugía sin éxito y un tratamiento fallido, el pronóstico fue de 6 meses de vida.
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Este tipo de cáncer cerebral es el más común y maligno de los de su tipo, es agresivo y devastador a nivel calidad de vida.
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Los síntomas asociados van desde desmayos, somnolencia, pérdida de fuerza física hasta pequeños ataques y pérdida de la capacidad motriz, del habla, ceguera, etc. Todo esto acompañado de fuertes dolores.
Por esta razón Brittany decidió terminar con su vida, bajo sus términos y en el momento que ella eligió.
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En una nota ella dijo: “No hay una célula de mi cuerpo que sea suicida o quiera morir. Quiero vivir. Desearía que hubiera una cura para mi enfermedad, pero no la hay”.
También aclaró que de haber querido suicidarse, lo podría haber hecho tiempo atrás, ya que tiene acceso a gran cantidad de medicamentos para paliar su creciente dolor.
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Creó una fundación y lanzó una campaña para concientizar y difundir la muerte digna, un concepto que sigue siendo polémico (e ilegal) en varios lugares del mundo.
Para poder terminar con su vida antes de sufrir mucho más (y por ende, hacer sufrir a su familia), Brittany se mudó a Oregon, uno de los 5 estados estadounidenses que avalan esta práctica.
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La decisión la tomó con el apoyo de su esposo, su madre y su padrastro; quienes junto a su mejor amiga estarán con ella en el momento en el que tome los medicamentos prescriptos para culminar con el proceso de muerte digna.
Allí recibe atención médica, es evaluada constantemente y llegado el momento, terminará con su sufrimiento.
En la imagen: Portland, ciudad donde actualmente reside Brittany
Ella reconocé que no todos los ciudadanos en su misma situación tienen la posibilidad de mudarse con sus seres queridos a otro estado, por lo que se alió a Compassion And Choices
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Esta organización sin fines de lucro busca legalizar y hacer llegar la opción de eutanasia en casos graves de enfermedades terminales y diagnósticos similares (estado vegetativo, coma irreversible).
Por el momento está viajando y disfrutando con amigos y familiares mientras su cuerpo lo permite esperando al 1° de noviembre, fecha que decidió será su último día de vida.
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Sobre la elección del 1° de noviembre, Brittany dijo: “Realmente quería celebrar con mi marido su cumpleaños, que es el 26 de octubre. Me estoy enfermando más, sufriendo de más dolor, ataques y dificultades, así que sólo lo elegí“.
“Creo que esta decisión es ética, y lo que la hace ética es que es una decisión”, comentó.
“El paciente puede cambiar de idea en Oregon, me siento muy protegida aquí”, agregó.