Estos juguetes son de las décadas de los 70’s, 80’s y 90’s, muchos de nosotros todavía jugamos con ellos e hicieron de nuestra infancia la mejor. Si los recuerdas sentirás una profunda nostalgia al saber que tu infancia fue realmente buena, y si no entonces eres demasiado joven.
Estos muñequitos eran clásicos, eran redondos pues se insertaban dentro del autobús.
Este perro fue el fiel compañero de milloes de niñ@s.
Podías pasar horas enteras jugándolo, ahora sólo lo encuentras en el celular. :/
Era más difícil de lo que parecía tratar de hacer dibujos en esta pizarra mágica.
Este árbol tenía un elevador integrado, fue uno de mis favoritos.
El Lipstick de las niñas del pasado. :3 ¡Olía delicioso!
Podías pasar horas viendo las imágenes, era algo asombroso en ese tiempo.
La muñeca “Cerecitas” olía delicioso, su cuchara y el biberón eran mágicos.
Pintar su cabello era sorprendente.
Los trolls no podían faltar en la casa de todo niño y niña.
Esta muñeca era mi favorita, tenía joyas que brillaban, y el corazón del centro se iluminaba.
Este horno realmente funcionaba, podías hacer unos pastelitos super ricos.
Esta Mini Van era la más completa, traía muchísimas cosas para un día de campo, cinturones de seguridad, quema cocos, etc. ¡Era una maravilla!
Y cómo olvidar las Polly Pocket, yo tenía esta casa que era una heladería, y olia a fresa.
Los números venían en desorden y tenías que alinearlos, era super difícil.
Los primeros patines de muchos.
Este era un clásico.
En verdad amaba estos muñequitos.
Estas mamilas eran mágicas, al ponerlas boca abajo la leche y el jugo desaparecían, y volvían a llenarse si la colocabas vertical.
Simón dice: Te decía qué colores tocar, y la dificultad subía con cada nivel.
Seguro que te llevaste varios sustos si no terminabas a tiempo.
Labiales falsos para niñas, aunque no lo crean eran geniales.
Un lapicero en forma de lápiz, la manera más genial de guardar tus colores.
Muchos niños de hoy no saben cómo se usa.
Plantillas, las amadas plantillas.
Mini tupperware.
Los pingüinos subían solos por las escaleras y se deslizaban.
Pasadizos secretos, calabozos, mil historias se crearon en este castillo.
Fred te decia qué colores debías tocar, cada vez eran más, tu memoria se ejercitaba con este increíble juguete.
¡A pescar se ha dicho!
Uñas de plástico, metías tus dedos en ella y te sentías un adulto.
Estos chupones eran la onda, te los ponías de collar y era lo máximo cuando eras niña.
Vía: Eslamoda