Los dictadores tienden a verse como seres humanos inquebrantables: sin miedos, sin errores y sin manías. Sin embargo, debemos recordar eso: que son humanos, y al igual que todos nosotros, están llenos de vanidades y aspectos un poco extraños…
La fijación del General Stroessner por su nombre.
Alfredo Stroessner dictador de Paraguay entre 1954 y 1989 fue uno de los mayores tiranos en América. Durante su gobierno siete criminales nazis se refugiaron en el país. A pesar de ser despiadado, colocaba carteles neón con su nombre. Los hoteles, parques y edificios debían llevar su nombre.
Dictador de Tajikistán manda cerrar YouTube.
A los dictadores modernos no les gustan las redes sociales, el dictador Emomali Rahmon cerró el acceso al canal YouTube en 2013, todo porque alguien subió un video de él bailando ridículamente. El video fue grabado durante la boda de su hijo y todos pagaron las consecuencias.
Mugabe se gana la lotería.
No es un secreto que a los dictadores les gusta pintarse como superhéroes. Es el caso de Robert Mugabe que se ganó la lotería, más de dos mil 600 dólares. El informe fue comunicado por su equipo de prensa que los distribuyó como si fuera pan caliente.
La vanidad del emperador Bokassa.
Gobernó la República Centroafricana de 1965 a 1979. Fue famoso por masacrar a todo aquel que se opusiera a su gobierno, dicen que hacía que se los comieran los leones. Obligaba a los niños a usar caros uniformes con la imagen del tirano, a quienes protestaron los asesinó.
El cuento de hadas del héroe de Kazajistán.
La protagonista aquí no es Blanca Nieves, es Nursultan Nazarbayev, dictador que en 2011 lanzó un libro llamado Líder de la nación Nursultan, una colección de cuentos de él mismo, sus logros en el escenario internacional, pero ilustrados. Más popular que Harry Potter, dijo el tirano.
Muammar Gaddafi
Entre inyecciones de bótox, videos musicales que exaltaban sus virtudes, auto declararse el Rey de Reyes. Prohibía que las estrellas del deporte fueran más famosas que él, usaba peluca. Fácilmente podría haber sido el hombre más vanidoso e inseguro que ha existido.
El concurso de pesca de Putin.
El presidente ruso es conocido por sus esfuerzos por hacer actividades de “hombre”. Su gobierno publica fotos de él cazando, pescando, peleando. En 2013, dijeron que pescó un ejemplar de21 kg. Se armó el chisme cuando el presidente de Bielorrusia Alexander Lukashenko aseguró pescar uno de 57 kg.
El ego de Nicolae Ceausescu.
Dictador de Rumania, alcohólico, que gastaba el dinero del presupuesto en carreteras sin sentido. Mandó construir un palacio parecido al de Buckingham que mede más de 350 mil metro cuadrados, es la oficina de gobierno más grande del mundo, sólo superado por el pentágono.
El bizarro régimen racista de Hastings Banda.
Cuando Malawi consiguió su independencia en 1963, Banda tomó el poder y con un odio hacia su pueblo, creó una sociedad imperialista más británica que los británicos. Despidió a todos los ministros negros. Murió odiado por su propio pueblo y por los ingleses que tanto amaba.
¿Conoces otra manía de algún dictador?
Vía: D10