Hoy en día tenemos muchas cosas que no sabemos cuándo ni cómo fueron inventadas. Tampoco sabemos que algunos de los grandes inventos que son imprescindibles en nuestras vidas, relacionados con la salud o con la forma de cocinar, no fueron diseñados a propósito sino que fueron fruto de un accidente. ¡Benditos accidentes!
1. Coca-Cola
En el número uno de la lista se encuentra la Coca-Cola. Este refresco fue creado en 1886 por John Pemberton en una farmacia de Atlanta, Georgia, y comenzó a comercializarse como una medicina que aliviaba el dolor de cabeza y las náuseas. Con una mezcla de hojas de coca y semillas de nuez de cola fue primero una medicina y más adelante un remedio para calmar la sed.
Por otro lado, Frank Robinson fue el encargado de ponerle el nombre y con su caligrafía diseñó un logo que es el que tenemos hoy en día. Cuando se hizo famosa, ofrecieron al creador la posibilidad de venderla por todo Estados Unidos, y ese fue el comienzo de la expansión de Coca-Cola.
2. Microondas
En esta ocasión tenemos que agradecer al ingeniero Perry Spencer, que descubrió las propiedades de las microondas en la comida por casualidad y por sorpresa. Spencer se encontraba probando un magnetrón, un tubo de vacío que se utilizaba para la elaboración de radares, cuando descubrió que el chocolate que tenía en su pantalón se había derretido y no sabía por qué. Pero fue más allá para averiguar qué ocurría: colocó unas semillas de maíz cerca del tuvo y éstas se convirtieron en palomitas.
Tras probar nuevamente con un huevo que estalló ante sus ojos, Spencer llegó a la conclusión de que el calentamiento se debía a la exposición de energía de baja densidad de los microondas. Y decidió explotarlo creando el primer horno de este tipo.
Aunque en un primer momento no tuvo mucho éxito, el ingeniero supo esperar y con los años se convirtió en uno de los inventos más prácticos de nuestros días.
3. Penicilina
Sir Alexander Fleming revolucionó sin duda el campo de la biología. Se encontraba investigando una bacteria llamada staphylococci y mientras regresaba de un viaje, se dio cuenta de que se había dejado fuera uno de los platos de cristal que había usado para el cultivo de la bacteria y se había contaminado de algún tipo de hongo, por lo que tiró el plato.
En el momento no se dio cuenta de que la bacteria no podía crecer en el área cercana al brote del hongo en el cristal que había desechado, pero más adelante y tras varios experimentos, la penicilina pudo ser producida a escala industrial, cambiando para siempre el modo en el que los médicos trataban las infecciones bacteriales.
4. Anestesia
Y aunque parezca mentira, la anestesia también fue descubierta por casualidad. En 1275, el médico español Ramon Llull estaba experimentando con sustancias químicas y logró un líquido volátil e inflamable al que llamó vitriolo dulce. Más adelante, ya en el siglo XVI, un médico suizo averiguó que con el vitriolo dulce los pollos no solo se dormían, sino que perdían cualquier sensibilidad al dolor.
Pero todo se quedó ahí y no investigaron con humanos hasta que en 1730, un químico londinense de origen alemán, August Sigmund Frobenius, le dio a este líquido el nombre de éter, que el griego significa cielo. Sin embargo, aún tuvieron que pasar otros 112 años antes de que los efectos anestésicos de este éter se apreciaran.
5. Viagra
Quien iba a decir que la viagra fue fruto de un efecto secundario. Pfizer, la farmacéutica responsable de la famosa pastillita azul estaba probando con una sustancia novedosa, el sildenafilo, para el tratamiento de la angina de pecho. Tras un tiempo investigando, se dieron cuenta que realmente no servía para lo que inicialmente pensaban, pero que tenía como consecuencia la inducción de erecciones de larga duración.
Entonces, la farmacéutica decidió comercializar este producto pero no para la angina de pecho, sino para la disfunción eréctil, y le puso el nombre que conocemos como Viagra. Su éxito fue inmediato y se convirtió en poco tiempo como uno de los medicamentos más usados de los últimos tiempos.
6. Marcapasos
Y el último de los inventos relacionados con la medicina y que también fue creado por accidente es el marcapasos. Es obra del ingeniero Wilson Greatbach, que trabajaba en un aparato para grabar los sonidos del corazón. Por error, Greatbach cambió la resistencia del mecanismo y esto provocó que el corazón latiera cada 1.8 segundos.
Uno de los primeros modelos creados por Greatbach incorporaba una batería de mercurio que debía ser reemplazada cada dos años. Sin embargo, un tiempo después solucionó también el tema de la autonomía y consiguió patentar una batería de litio-yodo que permitía que durase más tiempo.
7. Velcro
En este caso también tenemos que hablar de un ingeniero. En 1941, el suizo George de Mestral se encontraba de paseo con su perro cuando se dio cuenta de la dificultad para quitar de sus pantalones y del pelo de su mascota los frutos de algunos cardos Arctium bardana (Arctium lappa y Arctium minus), más conocidos como arrancamoños.
Entonces decidió que debía haber alguna solución y que además podría crear algo nuevo. Tras comprobar la existencia de un gancho en el final de sus púas, se puso a ello e inventó un nuevo sistema de cierre con dos cintas, o lo que hoy conocemos comúnmente como velcro.
8. LSD
El LSD es una potente droga que, como todas, fue creada en un laboratorio. La autoría responde al suizo Albert Hofmann, que sintetizó la sustancia en 1938 y cinco años después, en 1943, se percató de sus efectos por accidente durante la recristalización. En ese año fue cuando se dio cuenta de las propiedades psicodélicas, por lo que volvió a trabajar con la sustancia.
Mientras sintetizaba el compuesto llamado LSD-25, Hofmann se sintió mareado y escribió en su diario que abandonaba el laboratorio y se iba a casa por “una notable inquietud, combinada con un ligero mareo”.
Posteriormente relató que cuando se tumbó en la cama cayó en un “estado similar a la ebriedad”, que no resultaba del todo desagradable y que contemplaba ininterrumpidamente “imágenes fantásticas, formas extraordinarias con patrones de colores intensos, caleidoscópicos”.
Tras dos horas con los síntomas, Hofmann pensó que los efectos podrían deberse a la absorción de LSD-25 por vía cutánea. Para comprobar que esto era así, otro día tomó otra dosis mayor de la sustancia, y ese día pasó a denominarse como “el día de la bicicleta”.
9. Patatas fritas
¿Cómo pueden ser las patatas fritas fruto de un error? Pues lo son. Nos remontamos a 1853 en un restaurante en Saratoga, Nueva York, cuando un cliente quisquilloso rechazaba las patatas fritas que le habían servido con su comida porque decía que eran gruesa y empapadas.
Tras varios intentos con las patatas cada vez más delgadas, el chef George Crum decidió freir rebanadas realmente delgadas en aceite y servirlas en la comida. Al principio, como era de esperar, el cliente se quejó de que eran demasiado finas, pero tras probar unas cuantas, las patatas fritas fueron un éxito rotundo. Así nacieron las “patatas fritas de Saratoga” mucho antes de ser vendidas por todo el mundo.
10. Pólvora
Y en el número 10 de nuestra lista, la pólvora. El primer explosivo conocido fue descubierto por curiosidad en China en el siglo IX. Al parecer, un alquimista estaba investigando para lograr el elixir de la eterna juventud, cuando topó con la fórmula del explosivo.
Más adelante, en el siglo X se usaba con propósitos militares en forma de cohetes y bombas explosivas, y en 1126 utilizaron cañones hechos de tubos de bambú para atacar al enemigo.
Desde China, el uso de la pólvora se extendió hasta Japón y Europa y fue usado por los mongoles contra los húngaros en 1241.
Vía Que.es