Con el paso de los años tu nivel de tolerancia y paciencia va disminuyendo con ciertas cuestiones de la vida, hasta que llega el punto en el que ya eres un viejito amargado, pero no hay edad para serlo, son estas señales que te dicen si ya lo eres o estás en proceso.

1. Vas al cine a la última función para que no esté lleno de gente ni de niños.

2. Prefieres ir a lugares menos “populares” con tal de evitar las enloquecidas multitudes de los fines de semana.

3. Huyes de los Starbucks llenos de hipsters.

4. Sacar a tu perro a un largo paseo es lo más excitante de tu fin de semana, o ir a ver a tus padres.

5. Todos tus zapatos son cómodos en lugar de tener mucho estilo.

6. Ahora tienes más ropa deportiva que sexy.

7. Has dejado los refrescos por agua de avena para cuidar tus riñones.

8. Mientras conduces piensas que todos los demás son unos idiotas para conducir.

9. Te quejas del pésimo servicio de todos los lugares.

10. Crees que la gente ya no tiene educación y que todos son salvajes.

11. Tu única aplicación en el celular es Facebook, las demás no existen para ti, no sabes ni que diablos son.

12. La música actual de parece una porquería y regresas a los éxitos de tu adolescencia.

13. La resaca ahora te dura 3 días, y cuando dices no vuelvo a hacer… si lo cumples.

14. Los libros de superación personal son como una patada en las partes nobles.

15. Los videojuegos ya son cosa del demonio y prefieres las gráficas sencillas.

16. Empiezas a decir frases que sólo le habías oído decir a tus abuelos como “Esta juventud de hoy” o “¿A eso le llamas música?”.

17. Empiezas a creer que la esterilización humana sería una opción viable.

18. Ahora si entiendes la frase “Entre más conozco a las personas, más quiero a mi perro”.

19. Para vacacionar prefieres un lugar tranquilo, sin clubs, sin niños, y con la menor cantidad de personas a tu alrededor.

20. Sientes que ya no puedes empezar tu día sin un café.

21. Empiezas a volverte algo ermitaño, ahora prefieres ver una película en casa que salir a ver que hacer.

Y tú ¿Ya eres un viejito amargado?