¿Sabías que hay algunos alimentos que, según algunas investigaciones, podrían desencadenar diferentes tipos de cáncer si los consumimos habitualmente? Algunos de ellos los estamos tomando muy a menudo, sin saber los riesgos de salud que pueden desencadenar.
En este artículo te explicamos cuáles son para que puedas limitarlos o evitarlos en tu alimentación, especialmente si tienes antecedentes familiares que te ponen en riesgo a padecer cáncer, o simplemente por una cuestión de prevención.
Transgénicos
En el caso de los alimentos transgénicos o modificados genéticamente hay numerosos estudios ya que nos hablan de los riesgos para nuestra salud, los cuales se irán poniendo más en evidencia en los próximos años, cuando para muchos ya será demasiado tarde.
Buscando una producción agrícola masificada se han traspadado muchos límites éticos, buscando una gran productividad en vez de una mayor calidad.
Además, los transgénicos también están relacionados con otros problemas de salud, como infertilidad o alergias.
Algunos de los alimentos transgénicos más conocidos son la soja y el maíz. El problema es que no sólo afecta a estos alimentos, sino a sus harinas y otros derivados, ya que con el azúcar o jarabe de maíz se elaboran gran cantidad de dulces, o bien todo el ganado que es alimentado con soja transgénica, y que luego consumimos con total desconocimiento.
Recomendamos, por lo tanto, consumir alimentos ecológicos, tanto si contienen soja o maíz como si es carne, leche o huevos. Y mirar siempre bien las etiquetas con los ingredientes.
Azúcar blanco
A pesar de que antiguamente el azúcar blanco era una exquisitez, cada vez más nutricionistas se refieren a él como el veneno blanco. Algunos estudios confirman que el azúcar blanco alimenta el cáncer, ya que no sólo no aporta ningún beneficio a nuestro organismo, sino que lo descalcifica y acidifica. Y los tumores aparecen siempre en terrenos acidificados por culpa de la mala alimentación, el estrés, los malos hábitos, el exceso de toxinas, etc.
Además contribuye a la proliferación de parásitos y a la tendencia a sufrir problemas de páncreas y enfermedades cardiovasculares.
Para solucionarlo no basta con eliminar totalmente el azúcar blanco de nuestra dieta, sino que deberemos tener en cuenta todos aquellos alimentos que lo contienen: bebidas, bollería, cereales, chocolates, caramelos, etc.
Como alternativas tenemos las siguientes opciones mucho más saludables:
- Estevia
- Miel de abeja
- Miel de caña
- Azúcar integral de caña
- Panela
- Sirope de agave
- Melazas de cereales
Hidratos de carbono refinados
Con los hidratos de carbono refinados nos encontramos con que a un alimento saludable como es un cereal integral se le ha quitado la fibra, que es una parte indispensable para que el alimento sera digerido correctamente. Así nos encontramos cereales y harinas refinadas y procesadas, con las cuales se elaboran los siguientes alimentos:
- Pasta
- Pan
- Bollería industrial
- Galleta
- Masas
El consumo habitual de estos alimentos, que en muchos casos suele ser diario, puede provocar, a la larga, cáncer de colon o cáncer de mama. Además, también provoca un aumento de peso, acidez, malas digestiones y estreñimiento.
En cambio, el consumo de alimentos integrales favorece el tránsito intestinal y nos provoca una mayor saciedad, por lo que es ideal incluirlos en nuestros menús si queremos bajar de peso.
Consejos finales
Después de analizar los tres grandes grupos de alimentos que son potencialmente cancerígenos si los consumimos habitualmente, ofrecemos unos consejos finales que nos ayudarán a llevar a la práctica estos consejos:
Elegiremos siempre que podamos alimentos ecológicos. Incluso los alimentos llamados naturales, si no tienen garantías, suelen contener ingredientes muy económicos y de mala calidad que son potencialmente cancerígenos. Evitaremos principalmente la soja, el maíz y sus derivados.
Eliminaremos de nuestra alimentación el azúcar blanco y todo tipo de alimentos azucarados, sustituyéndolos por edulcorantes naturales
Elegiremos siempre alimentos integrales y completos, con su fibra natural. Al hacer este cambio deberemos aumentar también el consumo de agua fuera de las comidas, ya que al principio a nuestro cuerpo puede costar un poco adaptarse y podríamos sufrir estreñimiento, dolores de cabeza o alguna otra molestia. Pero desaparecerán en poco tiempo y rápidamente notaremos una gran mejoría.
Vía: Mejorconsalud