Tomarse un selfie de vez en cuando no tiene nada de malo de hecho es lo más normal del mundo, pero hay gente (como la que verás a continuación) que no sabe cuando parar, y ahí justo en ese momento es cuando surge el problema, echa un vistazo:
Mejor concentrate en colocarte la máscara de oxígeno en vez de tomarte un selfie:
El selfie que te tomas cuando te das cuenta que te pareces a Jesús:
Un selfie que se quedará contigo por el resto del año escolar:
¿Qué haces mientras te llevan al hospital? Un selfie, obvio:
El selfie de las vacaciones que nunca tomaste:
Un selfie tomando agua, son momentos como estos que recordarás toda la vida:
El selfie después de chocar tu carro:
Cuando no puedes usar las manos, usas los pies:
No no no no no no no no no:
Un selfia mientras te sacan del estadio a la fuerza:
Lo que probablemente fue su último selfie:
A primera vista este selfie no tiene nada de malo, hasta que te das cuenta lo que tiene al lado derecho de su cabeza:
Un selfie demonstrando tus habilidades en el jardín:
Los selfies con animales pueden ser adorables pero catastróficos:
Vía: Buzzfeed