¿Te ha sucedido que olvidas algo y un amigo lanza la típica frase de “ya estás viejo”? Bueno, tu amigo no está del todo equivocado, es un hecho comprobado que la perdida de la memoria está directamente relacionada con el envejecimiento.
Sin embargo, según puntualiza Amanda Gardner en una publicación de Time, existen algunas práctica aprobadas por la ciencia que podemos llevar a cabo para mantener nuestro cerebro siempre alerta y retrasar la llegada de algunos problemas relacionados con la edad y la memoria.
7 – Escribe
Estamos de acuerdo en que teclear es mucho más rápido que escribir a mano, pero diversos estudios apuntan a que aprendemos mejor cuando tomamos notas escribiendo a mano. Es más: cuando escribimos empleando letras cursivas – aquella que aprendimos en los viejos cuadernos de caligrafía – el resultado es mucho mejor.
Esto tiene lugar por qué escribir a mano nos obliga a procesar la información que estamos anotando, ayudando en el proceso de consolidación de la memoria. Además, pruebas realizadas con estudiantes indican que aquellos que acostumbran a escribir con letras cursivas resultan mejor en las pruebas de interpretación de texto y cometen menos errores de ortografía.
6 – Baila
Un estudio realizado en un grupo de ancianos reveló que aquellos que bailan entre 3 y 4 veces por semana presentaban una probabilidad de hasta 75% menos de desarrollar demencia cuando se comparaban con los que simplemente no bailan. Según los científicos que ejecutaron la investigación, esto atiende al hecho de que, además de que el baile sea una actividad compleja, se trata de un ejercicio aeróbico que mejora el flujo de sangre hacia el cerebro y, con eso, las conexiones cerebrales.
5 – Haz el aseo en casa
Nos referimos a actividades como lavar los platos, cocinar, limpiar, etc. Según un estudio, la ejecución de este tipo de actividades en el hogar está asociada con un menor riesgo de desarrollar enfermedades degenerativas. Esto porque dichas tareas son un aporte a las actividades físicas que deberíamos realizar diariamente para mantener el cuerpo y la mente siempre saludables.
Además, el estudio mencionado por el personal de Time reveló que el riesgo de desarrollar Alzheimer en las personas que no hacen ningún tipo de actividad física es dos veces mayor que en las personas que están todo el tiempo buscando qué hacer.
4 – Socializa
Ser partícipe de las actividades sociales, así como pasar tiempo en compañía de amigos y familiares, puede ser una de las mejores formas de mantener el cerebro siempre alerta – especialmente para los ancianos.
Según una investigación realizada por personal de la Universidad de Wisconsin, las personas más viejas con una amplia red de apoyo social mostraron mejores resultados en pruebas que medían la memoria y velocidad del procesamiento mental, indicando que la agilidad mental está relacionada con el desarrollo socia de cada individuo.
3 – Desafía tus límites
Ya sea con actividades físicas o mentales, lo importante siempre es desafiar los propios límites e intentar ir un poco más allá. Así, no basta con estar satisfecho al resolver crucigramas muy sencillos, sino que siempre debes ir aumentando el nivel de dificultad, por ejemplo. Además de esto, no seas conformista y camines 5 kilómetros, pero empieza anhelando correr esa distancia. Y cuando lo logres, corre 7, 10 y así sucesivamente. Lo importante es que siempre retes tus propios límites.
2 – Descansa
Pese a la necesidad de mantener la mente y el cuerpo siempre activos y al límite, no podemos olvidar que también se hace necesarios recargar energías. En este sentido, varios estudios apuntan que dormir entre 7 u 8 horas por noche puede ayudar a prolongarnos la vida, así es también que los problemas relacionados con la falta de sueño –– como la apnea y el insomnio – parecen relacionarse con el deterioro cognitivo.
Además de la importancia de dormir bien durante la noche, un estudio llevado a cabo por investigadores alemanes indica que tomar siestas – incluso si es apenas durante algunos minutos – durante el día puede tener un impacto positivo en la memoria.
1 – Juega
Un estudio llevado a cabo por investigadores franceses durante 20 años, concluyó que las personas que disfrutan el juego – como el ajedrez, el bingo, las damas, el Monopoly, etc. – presentan una probabilidad 15% menor de desarrollar demencia que aquellas personas a las que no les gusta jugar nada. Según los científicos, estas actividades pueden ayudar a crear una especie de “reserva” cognitiva que podría emplearse para retardar el surgimiento de problemas a medida que envejecemos.
Aparte, ya que estamos hablando de este tema, la idea también es válida para los rompecabezas y los juegos de video que desafían la capacidad mental de los jugadores. En una investigación realizada por científicos de la Universidad Estatal de la Florida, las personas que jugaban Portal 2 presentaron un mejor desempeño en la solución de problemas y en pruebas de persistencia, y demostraron tener una mejor conciencia espacial que aquellas personas que no jugaban.