Existen muchísimos mitos e historias que pueden ser ridículas o incluso algunas hasta tener sentido y por eso las creemos. También puede ser que las hayamos escuchado hace ya tanto tiempo que simplemente hacen parte ya de las creencias “innatas” por lo que jamás nos preguntamos si realmente son ciertas o no. Por eso, es hora de saberlo, vamos a salir un poco de esa ignorancia “animalezca” y por el contrario, difundir el mensaje en lo posible a los demás, pues creer que tenemos la información correcta puede llegar a ser en ocasiones muy dañino para nuestros queridos e incondicionales amigos animales.
1. Los gatos siempre caen de pie.
No es cierto. Los gatos tienen la capacidad de reajustar la posición de su cuerpo en caída libre, lo que hace que parezca que pueden lograr los aterrizajes todo el tiempo. Sin embargo, este reflejo requiere algún tiempo, por lo que entre más corta sea la caída, menos probable es que el gato aterrice exitosamente.
2. Un año humano es igual a siete años caninos.
Las diferentes razas de perros están dotadas de diferentes ciclos de vida, así que no hay conversión definitiva. Las razas más grandes tienden a tener una vida más corta que las más pequeñas, aunque todavía se sabe bien el por qué. Lo que si se sabe es que la diversidad genética es algo muy bueno, pues las razas mezcladas tienden a vivir más tiempo y con menos problemas de salud que las “razas puras”.
3. Las avestruces entierran su cabeza en la arena cuando tienen miedo.
Si se escondieran estas grandes y desgarbadas aves, ellas por mucho se agacharían y estirarían sus largos cuellos a lo largo del suelo para mantener un perfil bajo. Jamás meterían su cabeza bajo tierra. Es raro que los avestruces se escondan; normalmente, ellas solo saldrán corriendo.
4. Los pandas rojos están relacionados con los pandas gigantes.
Debido a sus nombres parecidos y los patrones de ojo-máscara, es fácil suponer que las dos clases de pandas están relacionadas, pero no lo están. Los pandas gigantes son osos, los pandas rojos están más estrechamente relacionados con los mapaches.
5. Los koalas son osos.
Parece que hay cierta confusión en la familia de los osos. Los koalas se refieren a veces como “osos koala,” pero en realidad son marsupiales, y no están relacionados con los osos en absoluto.
6. Tocar un sapo te dará verrugas.
Las verrugas en los seres humanos son causadas por el virus del papiloma humano (HPV), no por sapos. Los sapos son criaturas naturalmente llenas de baches, y eso es parte de su encanto – y su camuflaje -. También hay que señalar que los anfibios tienen piel delicada, y su manipulación puede serles más molesta de lo que pueda ser para ti.
7. Los puercoespines disparan sus púas.
Los puercos espines están cubiertos de púas, pero no pueden impulsarlas de sus cuerpos. Las púas pueden aflojarse y terminar en el desafortunado receptor, pero eso es debido a que se salen del puercoespín, y no porque salieran disparadas.
8. Las vacas se acuestan si va a llover.
Al igual que cualquier otro animal, las vacas se acuestan porque quieren, no a causa de las inminentes condiciones meteorológicas. Por lo general, las vacas se echarán simplemente para relajarse y masticar su bolo alimenticio.
9. Los camellos depositan el agua en sus jorobas.
Las jorobas de los camellos son los depósitos de grasa que les permiten sobrevivir a climas inhóspitos sin comida. Otro hecho divertido: un camello bactriano tiene dos jorobas, y un dromedario tiene una joroba.
10. Las bocas de los perros son mas limpias que las de los humanos.
En promedio, la boca de un perro puede contiene la misma cantidad de bacterias que las de un ser humano, jadeando y sin jadear. Además, los perros comen caca. Creo que no hay nada más que decir.
11. Las zarigüeyas se cuelgan de su cola.
No estamos seguros de cómo o por qué empezó el mito de la cola de suspensión. Aunque la cola del tlacuache es prensil, no es ni de lejos lo suficientemente fuerte como para sostener el cuerpo de una zarigüeya. Además, tampoco juegan exactamente a quedarse “muertos”. Ellos en realidad caen en un estado comatoso involuntario.
12. Los pájaros abandonarán a sus crías si estas son tocados por un humano.
Este mito sostiene que si un pájaro padre huele un olor humano en sus crías, lanzará a su bebé fuera del nido. Esto no es cierto. Las aves tienen pequeños nervios olfativos, por lo que en realidad no pueden oler mucho de nada.
13. La mantis religiosa hembra decapita a su pareja sexual.
Este comportamiento se generalizó como común entre todas las especies de las mantis, pero solo ha pasado en una especie.
14. El pez dorado tiene 1 segundo de memoria.
Los peces dorados en realidad pueden recordar, aunque su memoria se estimula más si es por la adquisición de alimentos. Ellos han demostrado que pueden recordar rutas complejas e incluso empujar palancas para recibir golosinas.
15. Los murciélagos están ciegos.
Ninguna especie de murciélago es ciega. Los murciélagos usan ecolocación para navegar su entorno y buscar comida, pero también confían en su visión.
16. Los lemmini cometen suicidios masivos.
Este mito tiene un principio definido en el 1958 “documental” llamado White Wilderness, donde, por razones ajenas a la comprensión, un equipo de cinematográfico en realidad pastoreaba un grupo de lemmins asustados por un precipicio para demostrar que eran unos seguidores descerebrados. Esta característica injustamente hecha, pareciera indicar que los seres humanos son más propensos a ser llevados a ciegas que de los lemmins.