Cuando la realidad supera a la ficción nos asustamos bastante. Lee lo que hicieron estos 5 doctores y no salgas nunca más de tu casa para ir a un hospital.
1. Un doctor cambió información en las fichas médicas de una paciente muerta para cubrir su error (y mantuvo su licencia)
El Dr. Peter Choy de Miami ordenó en 2008 una tomografía computarizada de una paciente, que reveló que tenía un tumor maligno en el páncreas. Peter se olvidó de avisarle hasta el 2010 cuando ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto y la señora murió dos semanas después. No se sabe si el doctor no se dio cuenta de que era un tumor, o si se olvidó de avisarle las otras 5 veces que la paciente volvió al hospital.
Claro que, ante el temor de que su error significara el fin de su carrera, Choy tomó la peor decisión: mentir. Alteró los registros de su paciente para poner que él sí le había advertido sobre el tumor. Tomó un documento viejo y garabateó “posible tumor maligno” algo que claro, es ilegal. Fue descubierto y despojado de su licencia, pero se la devolvieron a los 5 minutos en reconocimiento de sus 40 años de práctica. Aún así, se descubrió que en 1998 la junta de Nueva York ya le había ordenado a Chow entregar su licencia, después de que afirmó que era un médico certificado por la junta a pesar de no serlo. Renunció a su licencia y tuvo que pagar una altísima cuota, además de asistir a una clase de ética.
2. Un dentista obligó a las pacientes a tragarse un “limpiador especial de dientes” (Sí, su semen).
Este es el caso del dentista John Hall de Carolina del Norte. A las ayudantes del dentista Hall, siempre les pareció raro que las haga dejar a cada rato la habitación para ir a buscar instrumentos que no usaba, y que haga tragar a las pacientes algo que estaba en una jeringa, que según él era una “solución e limpieza”.
Los asistentes finalmente encontraron esas extrañas jeringas y las llevaron a la policía. Claro, no era ningún producto de limpieza bucal, sino su semen.
Una de las pacientes alegó que el dentista en una ocasión se subió sobre ella, y la tocó en partes donde ningún dentista debería tocar. Cuando todo esto fue puesto frente a la justicia, Hall el dentista enfermo, dijo que las jeringas llenas de esperma eran un estudio personal, porque estaba tomando “propecia” y quería ver si sus espermatozoides habían mejorado. Claro, ni él se la creyó y terminó declarándose culpable. Fue condenado solamente a 4 meses de cárcel.
3. Un oncólogo hizo millones diagnosticando falsamente a pacientes con cáncer
Que sobrevivas más tiempo es por el tipo de cosas que luchan los doctores día a día (al menos la mayoría) pero no el Dr. Farid Fata, quien tuvo la idea más cruel del mundo. Siendo un oncólogo, hizo quimioterapia con pacientes que tenían cáncer y también… con quienes no lo tenían.
Fata, el “médico del cáncer” se dio cuenta que sus pacientes se volvieron menos rentables cada vez que entraban en remisión, por lo que decidió simplemente no darles la buena noticia… de esa manera, podría continuar con los tratamientos y seguir recaudando esos dólares que la quimioterapia le dejaba (más de 100 millones en un período de seis años). Esto no es solo darles más aspirinas, esto es obligar a los pacientes a pasar por una horrible lista de efectos secundarios de la quimioterapia: Dolor, naúseas, daño a los nervios, vómitos y otras cosas peores dependiendo cada paciente.
Como todo iba tan bien, pensó que podría diagnosticarle cáncer a los pacientes que en realidad no lo tenían, y así seguir facturando los costosos tratamientos. Para cuando los federales lo agarraron, ya había hecho pagar a una mujer sana un costosísimo trasplante de médula que no necesitaba.
Fata se declaro culpable por 13 cargos, va a ser condenado en algún momento de este año y la corte pospuso la sentencia porque siguen llegando personas que tuvieron problemas con él. Si hay un consuelo para las víctimas es que al menos algunas se enteraron de que no tenían cáncer pero lamentablemente no podemos decir lo mismo de otras personas que fueron engañadas y siguieron pagando hasta la muerte.
4. Una doctora vendió bloqueador solar como una crema para curar el cáncer
No siempre los malos tienen que ser hombres, a veces las mujeres pueden ser igual de malas. La Dra. Christine Daniel también trata los enfermos de cáncer, pero a diferencia de Fata (el médico del punto anterior), Christine vendió la promesa de la vida misma a sus pacientes desesperados: el “C- Extract” que podría curar el cáncer.
Christine ni siquiera era oncóloga, no era más que un médico familiar promedio. Sin embargo, vendió su crema a través de las redes sociales a las personas religiosas, las personas de fe. Con promesas de sanación, llegó a vender una crema por 13 mil dólares por algo que podemos conseguir en cualquier farmacia.
No contenta con estafar, le agregó más cualidades a la crema: curaría también la enfermedad del Alzheimer y otras enfermedades terribles. ¿No será mucho?
Christine negó los cargos, pero fue condenada y sentenciada a 14 años de prisión, porque aparentemente para la justicia, mentir no es tan grave si eres hombre…
No es que quiera que le bajen la pena, pero debería ser igual para los demás también.
5. Un doctor se roba la plata de los pacientes… y sus órganos
Si te despertás en Kosovo solo, con puntos de sutura en el riñón… o bien tuviste una noche rara y sos protagonista de una leyenda urbana que leemos tantas veces en Facebook, o fuiste un paciente del Dr. Lutfi Dervishi. El médico convencía a la gente que estaba por morir, que donaran sus órganos a los necesitados, pero en realidad lo que el doctor hacía era venderlos a través del mercado negro embolsándose todo el dinero en efectivo.
La policía encontró un registro de todas las operaciones llevadas a cabo, junto con las formas que los donantes habían firmado y confirmando las donaciones para un fin “humanitario” – lo cual es discutible, ya que no estamos del todo seguros de que los que se beneficiaron califiquen como seres humanos. Según los documentos descubiertos, 30 personas fueron despojados de sus entrañas en sólo un mes, lo que sería una persona al día.
Aunque Dervishi era el jefe de la clínica, él no era en absoluto la persona más espeluznante que participaba en esto de los órganos. Ese honor fue para el Dr. Yusuf Sonmez, un cirujano horrible y espeluznante. Sonmez ya había estado en problemas por el tráfico de órganos en Turquía, antes de trasladarse a Kosovo. Cuando la policía registró la clínica para las pruebas, encontraron cajas de herramientas con el nombre de Sonmez en ellas. Eran buenos para el crimen pero no para guardar secretos. Increíblemente, el cirujano se dio a la fuga y no se sabe NADA de él. Se cree que está en Sudáfrica, sin embargo no hay más pruebas.