Antes era en los programas de televentas (el del “llame ya” y el de “ahora está mas linda que nunca”), ahora cada tanto en las redes sociales, pero siempre vemos fotos de alguien que bajó rápidamente de peso y quiere compartir con el mundo la gran noticia. Son las fotos típicas del antes y el después de perder peso, que despiertan desde envidia hasta deseos de emular esa panza chata y esos abdominales marcados.
¿Existe una fórmula mágica para bajar de peso tan rápidamente? ¿Qué tan reales son las fotos de cuerpos atléticos y tonificados en las redes sociales?
La personal trainer londinesa Sophie Kay , quizo desmentir todos las mitos alrededor de las clásicas selfies de “antes y después”. Por eso publicó en su blog un par de fotos tomadas con tan solo tres minutos de diferencia entre ambas.
Ella explica como logró “bajar de peso” tan rápidamente:
“Todo lo que hice en tres minutos fue apagar la luz del techo, ponerme ropa interior más ajustada, torcer mi cuerpo ligeramente hacia un lado para mostrar mi mejor ángulo, flexionar las piernas un poco y, como no, agregar un filtro. Así que no presten mucha atención a esas fotos de “antes y después”.
Otra cosa que suma más es el estado de ánimo: Kay posa muy triste en la primera foto y con una gran sonrisa en la foto del “después”.
No es la primera persona a la que se le ocurrió hacer algo parecido. En 2013 Mel V, otra personal trainer, nos enseñaba como adelgazar en tan solo 15 minutos. Sus trucos consisten en crema bronceadora, extensiones de cabello, pararse más erguida, meter la panza, quebrar la cadera, usar un plano más amplio y un filtro distinto en la segunda foto.
Otro ejemplo muy famoso es el de Andrew Dixon. Sus métodos son meter panza, afeitarse, cambiar la iluminación y flexionarse un poco. Abdominales de acero en menos de una hora.
¿Qué nos enseña todo esto?
En primer lugar, dejemos de creer todo lo que vemos en Internet. Hay que comprender que, como las publicidades, algunos pequeños retoques ayudan a “vender ” mejor las fotos. Pero no es más que un cruel engaño, el peor de todos, ya que es uno mismo el que cae presa de su propio engaño. Fingir tener un cuerpo saludable no significa tenerlo realmente.
Volviendo con Sophie kay, ella dice al respecto: “Hacer deporte es duro, y si no lo es, no es deporte. Nada de maquillaje y modelitos perfectos”.
Ella también quiso romper con otros mitos como que “para estar saludable hay que tener un cuerpo musculoso” o “los entrenadores personales y los bloggers de fitness solo comemos cosas saludables”.
“Nos han hecho creer que los que nos dedicamos a esto no comemos comida grasienta. Pues bien, mi comida favortia es la pizza. Obviamente no la como cada día, pero de vez en cuando me doy el capricho”.