Muchos fotógrafos aficionados y profesionales utilizan la perspectiva forzada; una ilusión óptica que permite a los objetos o personas que parezcan más grandes, más pequeños, o que estén más lejos o más cerca de lo que realmente están.
Los cineastas hacen esto todo el tiempo; basta pensar en cualquier película de terror con un monstruo gigantesco. Lo más probable es que es un modelo de arcilla pequeño hecho para parecer terriblemente enorme en pantalla. Con la perspectiva forzada, las posibilidades de engañar a los ojos son abundantes. Las fotos pueden ser manipuladas para que parezca como si alguien está soportando un edificio, comiendo una nube, o bebiendo de una enorme botella de refresco. El éxito del espejismo depende del momento y de la creatividad del fotógrafo con respecto a lo que quiere conseguir con el resultado final.