Liz Woodward es mesera de un restaurante llamado 130 Diner en Delran, Nueva Jersey. Un día, a eso de las 5:30 de la madrugada, atendió a dos cansados bomberos, Tim Young y Paul Hullings, que venían de una extenuante noche de trabajo. Ambos pidieron una gran taza de café después de haber combatido casi toda la noche un incendio en un almacén de un pueblo cercano.
Viendo su gran sacrificio y cansancio, Woodward decidió regalarles el pedido y además les dejó una nota de agradecimiento en la cuenta. Conmovido, Young decidió subirlo a su cuenta de Facebook:
Su desayuno corre por mi cuenta hoy. Gracias por todo lo que hacen; por servir al resto y por ir a los lugares donde todo el resto huye. No importa su rol, ustedes tienen coraje, son valientes y fuertes… ¡Gracias por ser audaces y rudos todos los días! Impulsados por el fuego y conducidos por el coraje. Son un gran ejemplo ¡Descansen! 🙂 Liz.
Los bomberos, tiempo después, se dieron cuenta de que el padre de la chica era parapléjico y que necesitaba urgente una furgoneta con acceso para una silla de ruedas. Incluso ella había comenzado una campaña a través de Internet para reunir el dinero para comprar este coche.
Todos se sintieron conmovidos, al ver el verdadero esfuerzo que la chica estaba haciendo para ayudar a su padre enfermo.
Los bomberos, al ver esto, decidieron compartir en las redes sociales la campaña del padre de Liz Woodward y devolverle la mano. En el apartado escribieron Resulta que la chica que nos ayudó, es la que realmente necesita ayuda. La campaña inicialmente buscaba reunir 17 mil dólares para comprar la furgoneta pero con la ayuda de este mensaje se juntaron más de 60 mil. Incluso los dos bomberos fueron a la casa de Liz Woodward para conocer a la familia.
Una gran historia que demuestra que un pequeño gesto de amabilidad puede servir muchísimo. Creo que quién mejor sintetiza esta historia es la misma Liz Woodward. Luego de que su historia se hizo conocida, fue entrevistada por un canal de televisión local: “El mensaje es ser amables entre nosotros. Devolver los favores cuando se pueda, incluso los más pequeños gestos pueden cambiar la vida de alguien”, dijo y vaya que lo hizo en su caso.