Los hombres no tienen idea de la realidad que se vive en los baños públicos de mujeres, y es que ellos por alguna razón piensan y se imaginan que nuestros baños públicos son como templos dedicados a la belleza, sensualidad y diálogo, cuando lo que padecemos puede ser algo absolutamente deprimente y traumático.
Si eres hombre y no quieres romper tu burbuja, es mejor que no leas esto.
1. No huele bien.
No señores, no hay popurri en cada esquina, no hay velas aromáticas. ¡Huele horrible, como no tienen una idea!
2. No está pintado de rosa.
No tiene candelabros ni mayordomos esperándonos con margaritas mientras esperamos en la línea, es más bien como el baño de cualquier reclusorio.
3. Está más sucio que el de hombres.
Siento mucho revelarles esto pero, el baño público de las mujeres es millones de veces más sucio que el de ustedes. Ocurre algo sin explicación científica, las mujeres se vuelven increíblemente sucias en estos baños. El bote de basura siempre está desbordado de papeles sucios y toallas femeninas abiertas.
4. No, las mujeres no se ven sensuales en él.
Lamento desilusionarte pero nos vemos exactamente igual que ustedes haciendo del baño.
5. Es una jungla de supervivencia.
Tienes que pelear tu turno en la fila porque nunca falta la señora con su niña que cree que tiene el derecho de meterse y robarte tu baño. La más fuerte sobrevive.
6. Nos convertimos en malabaristas.
Ustedes no saben todo lo que tenemos que hacer para poder hacer pipí en el baño, es complicadísimo. Más o menos así nos vemos.
7. Es un mundo lleno de bacterias mortales.
Cada vez que entramos a un baño público lo único que pasa por nuestra cabeza es : “Me voy a contagiar de algo”, y es que no es para menos, seguramente un chiquero tiene menos bacterias. Si creían que eso de tapizar la taza de papel de baño era un mito, pues no, es completamente cierto.
8. Hay ruidos asquerosos.
Si ustedes creen que nuestro cuerpo no hace ningún ruido cuando vamos al baño, pues lo siento mucho, pero uno oye cada cosa que llega a casa y tiene pesadillas.
9. No quieres saber qué pasa si el papel se acaba.
Pff, esto es una confesión que jamás pensé hacer, pero ahí va: Si se acaba el papel y nos dimos cuenta de eso muy tarde, primero buscas desesperadamente en tu bolso, y si no hay nada, no queda de otra que irte así. ¡Lo escucharon bien! Por eso vamos con una amiga al baño, así esas cosas no pasan, ella te consigue.
10. Ves muchas cosas desagradables.
Ustedes nos ven bonitas todo el tiempo, súper modositas, pero la realidad es que en el baño público sacamos a nuestro verdadero yo. Lo más salvaje y primitivo se da rienda suelta y ves cosas como ésta o peores.
11. Esta lleno de insultos.
Todas las puertas y paredes están llenas de dedicatorias de amor e insultos, y lamento decir que no todas están escritas con tinta.
12. El piso está pegajoso.
Así es, el mal tino de las mujeres se lleva hasta el baño. Los pisos están pegajosos y no porque hayas derramado refresco.
13. La taza siempre está llena de pipí.
¡Siempre! No hay día en la que la taza del baño no esté llena de gotas de pipí o algo peor. Incluso a veces no le jalan al baño, así que por eso tenemos que hacer de águila.