Suena como una película de terror; un teléfono espeluznante que regresa de entre los muertos para burlarse de su dueño. Excepto porque es una historia real. Bueno, algo así. Decir que el teléfono se ‘burla’ es un poco exagerado.
El móvil de Nathan Buhler desapareció en el río Bow, en Cánada, cuando él estaba con sus amigos, escuchando algunas melodías, cuando la música de repente se apagó. Su teléfono había caído al río. Perdido. Adiós teléfono. Nathan dijo a CBC News que había renunciado al teléfono. “Yo ni siquiera me molesté en tratar de buscarlo en un río. Sabía que no iba a funcionar”.
Unas semanas más tarde, una foto al azar apareció en el perfil de Nathan en Facebook. La foto aparecía como que fue publicada por el mismo Nathan, y mostraba a un grupo de bomberos.
La gente se preguntaba qué diablos estaba pasando. El teléfono de Nathan había muerto ¿no? ahogado en el río. Bueno, al parecer, no fue así. Lejos de serlo, de hecho. El teléfono que se creyó muerto, estaba vivo, y además haciendo cosas locas como manejar un camión de bomberos y usar la manguera.
Jugando tenis de mesa.
En la práctica de levantamiento de pesas.
Ayudando a los chicos a hacer algo para almorzar.
Así que después de pasar diez días en el río, el teléfono de Nathan fue encontrado por los bomberos, y todavía funcionaba. Locura.
“Un tipo estaba haciendo paddle en el río cuando miró hacia abajo y vio el teléfono”, dijo Nathan en un comentario de Facebook. “Él lo agarró y lo llevó a casa, lo aireó por 30 horas y luego lo cargó y funcionó”.
Un bombero había estado publicando en el perfil de Nathan en Facebook. También le pusieron un nombre al teléfono; Héctor Sánchez, porque, ¿por qué no?.