“Mi opinión es que los medios sociales te venden la idea de ser feliz y tener la mejor vida que te puedas imaginar, mientras que detrás de las puertas cerradas, hay un montón de mierda sucediendo”. Esto es lo que dice la fotógrafa holandesa, Laura Hospes. En sus fotos, Hospes no está interesada en mostrar a la gente lo que quieren ver. En cambio, la chica de 21 años de edad, muestra su viaje personal en blanco y negro, en su serie UCP-UMCG.
Llamado así por el hospital psiquiátrico en el que estuvo internada. Esta colección de fotografías sigue a Hospes a través de su tratamiento para la depresión, ansiedad y trastornos alimenticios después de una breve estancia en cuidados intensivos debido a un intento de suicidio.
Hospes lleva a sus espectadores detrás de esas “puertas cerradas” que ella menciona, y a la vida de una mujer joven en recuperación. Ella valientemente documentó sus sentimientos más íntimos frente a la cámara, a pesar de la presión y de la autoconciencia de saber que está siendo fotografiada.
Hospes comenzó a tomar fotos el primer día que llegó al hospital, usando su iPhone hasta que tuvo su cámara con ella. Durante el primer mes, se le permitió mantener sus pertenencias; “lo único que se nos prohíbe es tener hojas de afeitar u otras cosas punzantes”, explica.
Aumentaron las restricciones para Hospes después de que ella intentó suicidarse por segunda vez. Se colocó en una sala de aislamiento y se le permitió elegir un elemento para mantener con ella: “Cambié todo con tal de tener la cámara, la computadora portátil o el teléfono”, dice.
Ajustó su proceso para adaptarse a las reglas del hospital. Hospes demuestra una verdadera pasión por su trabajo, uno que refleja cómo la fotografía es integral para su recuperación. “En períodos de mierda, lo que necesito es estar sola”, explica Hospes. Nos permite unirnos ella durante su estadía en el hospital, aunque sólo sea por un momento.
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