Por órdenes del Presidente Nicolás Maduro, la frontera entre Colombia-Venezuela tachirense ha estado cerrada desde el jueves 20 de Agosto, y el mismo mandatario asegura que no ve su próxima apertura, por lo menos no a corto plazo. La justificación de este cierre se la atribuye a la supuesta búsqueda por combatir el paramilitarismo, contrabando y caos en la zona.
A esta clausura le acompaña una deportación masiva de colombianos presuntamente indocumentados o acusados de contrabando de alimentos. Sin importar cuántos años lleven viviendo en el país, los sacan de sus viviendas, las demuelen y obligan a ir del otro lado de la frontera. Sin embargo, se han denunciado violaciones de los derechos humanos sobre cómo se está llevando a cabo este proceso.