Una sola película puede significarte el salto a la fama, y con ello los contratos a decena de producciones en Hollywood. Es lo que le ha pasado a varios de los que conocemos en la escena actual, sin embargo muchos quedan en el camino.
Dentro de ese grupo que están los que consiguieron un gran papel, una buena actuación y una chapa de ser “promesa”. Pero lo peor viene cuando a esa palabra se le agrega tiempo después “eterna”, confirmando que jamás lograron avanzar más allá.
Es el caso de una serie de actores quienes no lograron brillar más en producciones, a pesar de haber tenido un buen desempeño anterior.
La revista Vanity Fair dio con una serie de personas que tenían un gran futuro por delante en el séptimo arte, pero por distintas razones sólo se quedaron ahí.
Lindsay Lohan
Fue una de las tantas figuras de Disney, donde gozó de gran fama interpretando a personajes en Tú a Londres y yo a California y Chicas pesadas, entre otros. Sin embargo no todo fue felicidad.
Su controversial personalidad, ha medida que fue creciendo le ha jugado más de una mala pasada, cayendo a rehabilitación, cárcel y siendo el centro de diferentes burlas a nivel mediático. De hecho tiene la categoría de “chica mala” de Hollywood.
Chris O’Donnell
Aún cuando tuvo producciones anteriores, fue como Dick Grayson/Robin en Batman Forever y Batman & Robin donde ganó fama.
Fue candidato a protagonizar Titanic y Spiderman, sin éxito, y rechazó el papel de Will Smith en Men in Black, roles que quizás hubiesen ayudado a relanzar su carrera.
Se distanció de las luces por unos años y retomó en la serie NCIS desde 2009 como el Agente Especial G. Callen.
Sam Worthington
Vanity Fair no se explica su decaída. Protagonizó Avatar, una de las película más taquilleras de la historia del cine. Lo mismo con la esperada Terminator Salvation, pero aún así su nombre no aparece en grandes filmes.
Eso sí, ha destacado prestando su voz para Call of duty: Black Ops y su secuela, Modern Warfare 3.
Recientemente compartió protagonismo en Everest, basada en la tragedia de 1996, sin gran éxito.
Taylor Kitsch
Este actor y modelo canadiense, saltó a la fama con la serie Friday Night Lights y posteriormente en 2009 se mantiene en la cima al personificar a Gambito en X-Men: Origins.
Su rol como mutante no gozó de mucha popularidad, por lo que su última gran producción fue con Disney y John Carter: Entre dos mundos. Si bien el filme no fue un fracaso, pasó sin pena ni gloria, quedándose entre otra de las tantas cintas olvidadas.
Recientemente fue personaje fundamental en True Detective, pero sin el favor de la crítica.
Hayden Christensen
En 2002 los ojos del mundo se posaron en él, tras ser escogido como el nuevo Anakin Skywalker entre 400 candidatos, incluido Leonardo DiCaprio. Pero tras Star Wars no mucho pasó.
Y mucho de ello se debió a ese papel, pues le valió dos premios Razzie, considerado los anti-Oscar.
Si bien sigue en el negocio, no logra brillar de la forma que se esperaba. Una de sus últimas películas fue Outcast junto a Nicolas Cage y la crítica no fue nada buena.
Josh Harnett
De los mencionados en esta lista, es quizás el único que está donde quiere estar. Y es que tras sus apariciones recordadas en Halloween H20: 20 años después, Las vírgenes suicidas y Pearl Harbor, Harnett se alejó de las luces, aunque no del todo.
Para él, lo mejor estaba siendo alguien de bajo perfil, por lo que comenzó a tomar papeles menores y a producir en vez de generar. Es así como hoy es uno de los protagonistas de la serie Penny Dreadful, que emite Showtime.
Mena Suvari
American Pie y American Beaty la perfilaban como la nueva belleza de Hollywood, sin embargo sus dotes no sirvieron para dar con más y mejores papeles.
En la actualidad hace pequeñas apariciones en diversas películas y series, distinto a lo que alguna vez disfrutó en los 90′s.
Edward Furlong
Es otro actor víctima de sus malas decisiones. Tuvo grandes papeles en Terminator 2: El juicio final y American History X, pero ninguna de las películas posteriores lograron darle un sitial de estrella mayor.
En su fracaso cayó al alcohol y las drogas, enfrentado a la justicia y destruyendo su delicada carrera. Si bien se mantiene en producciones, la única destacable fue CSI: NY, donde apareció en solo dos episodios.