Una recopilación interesante de datos que te cuentan cómo funciona nuestra compleja mente.
Estudios e investigaciones que sin ser la última palabra, plantean una idea bastante cierta y cercana en relación con nuestra forma de pensar y comportarnos.
Además son increíblemente interesantes, ya verás que no pararás hasta llegar al final.
1. Los investigadores encontraron que les toma más tiempo a los hombres empezar a orinar cuando hay alguien que orina al lado de ellos.
2. Una sonrisa falsa puede ser mala para tu salud. Un estudio mostró que las personas que fuerzan una sonrisa tienen una caída en el estado de ánimo. En otras palabras, no sonrías a menos que lo sientas.
3. EL 68% de las personas sufren de lo que es llamado como “El Síndrome de la Vibración Fantasma”, o el sentir que algún teléfono está vibrando cuando no es así.
4. Las parejas que han estado juntas por un tiempo comienza a parecerse uno al otro, y algunos creen que es debido a la empatía. Cuando las personas están juntas por años, tienden a empatizar el uno con el otro y por lo tanto a imitar las reacciones físicas y emocionales del otro.
5. ¿La risa es instintiva, o la aprendemos? Los investigadores intentaron averiguarlo haciéndole cosquillas a los sujetos de estudio. Y cómo resultado, parece ser una reacción natural.
6. Un investigador llamado Jurgen Klapprott una vez condujo un estudio que mostró que los hombres son menos dignos de confianza cuando tienen pelo facial, particularmente la barba.
7. El Síndrome Truman es un desorden psicológico donde los pacientes creen que están viviendo en un reality show, o simplemente que siempre están siendo vistos.
8. ¿No te parece que tu perro siempre parece estar esperándote cuando llegas a casa? Un estudio quería probar que los perros pueden detectar cuando sus dueños empiezan a volver a casa. Como resultado, no es telepatía, es solo rutina.
9. Stanley Milgram una vez probó la habilidad de obediencia de las personas con este test: a los participantes les fue dicho que le dieran a un participante del otro cuarto un choque cada vez que ellos respondieran mal una pregunta. Los choques aumentaban en intensidad mientras el tiempo pasaba. Incluso cuando ellos sabían que estaban causando daño, la mayoría de los participantes continuó dándole choques a sus sujetos, simplemente porque a ellos les fue dicho.
10. El experimento de la prisión de Stanford mostró cuán fácil nos adaptamos a nuestros ambientes, incluso si eso significa ser violento.
Para estudiar la psicología del encarcelamiento, a los participantes del estudio les fueron asignados papeles como prisioneros y como guardias. Los que fueron asignados como guardias usaron medidas autoritarias y tortura psicológica para mantener a los prisioneros al margen, y los otros “prisioneros” se volvieron sumisos a ellos.