Asia posee algunos de los pueblos abandonados más bonitos e inquietantes del mundo, como la exuberante y verde ciudad fantasma de Shengshan. Sin embargo, hemos encontrado un pueblecito en Japón que le gana por goleada, al menos en lo que a perturbador se refiere. Conoce con nosotros la historia de estos escalofriantes y silenciosos habitantes.
Nagoro es un pequeño pueblo de Japón situado en los verdes valles de Shikoku.
![pueblo-de-munecos-1](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-1.jpg)
La historia de esta localidad es similar a la de tantos otros pueblos y aldeas abandonadas en nombre del progreso.
![pueblo-de-munecos-2](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-2.jpg)
La búsqueda de trabajo llevó a la gente joven emigrar a las grandes ciudades.
![pueblo-de-munecos-3](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-3.jpg)
Una vez fallecieron los ancianos y sin gente joven, Nagoro quedó desierto.
![pueblo-de-munecos-4](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-4.jpg)
Sin embargo, hace 11 años, una serie de extraños habitantes fueron apareciendo hasta adueñarse del lugar.
![pueblo-de-munecos-5](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-5.jpg)
Hoy, 350 muñecos de trapo de tamaño natural residen en las calles del pueblo, observando silenciosos a los turistas que acuden a fotografiarlos.
![pueblo-de-munecos-6](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-6.jpg)
Obviamente los muñecos no han llegado solos, el único habitante que queda en Nagoro los ha colocado allí.
![pueblo-de-munecos-7](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-7.jpg)
Hace más de una década Ayano Tsukimi, regresó a pueblo natal.
![pueblo-de-munecos-8](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-8.jpg)
Con tiempo libre, Ayano se dedicó a la agricultura, pero tras un año de siembra no obtuvo fruto. Los pájaros se habían comido las semillas.
![pueblo-de-munecos-9](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-9.jpg)
Decidió construir entonces un espantapájaros a semejanza de su padre, el anterior labriego de esas tierras. Una especie de homenaje que dio lugar a su arte.
![pueblo-de-munecos-10](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-10.jpg)
Tras su padre, Ayno recreó al resto de su familia. Después continuó haciendo muñecos de amigos, vecinos y otras tantas personas.
![pueblo-de-munecos-11](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-11.jpg)
Fabricados con paja, los espantapájaros visten ropa y tienen los rasgos de antiguos vecinos de la localidad.
![pueblo-de-munecos-12](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-12.jpg)
De esta forma, Ayno no se siente solo. Sabe que no son reales, pero le ayudan a recordar.
![pueblo-de-munecos-13](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-13.jpg)
Incluso a soñar, pues ha creado una escuela llena de niños.
![pueblo-de-munecos-14](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-14.jpg)
Un deseo que espera que algún día se cumpla.
![pueblo-de-munecos-15](https://difundir.org/wp-content/uploads/2015/09/pueblo-de-munecos-15.jpg)