Estas medidas han sido la salvación de muchos objetos valiosos, de familias que podrían haber sido asaltadas o un poco menos terrible pero no menos importante, que podrían haber sido atacadas por un insistente vendedor ambulante, encuestador, tarotistas o predicador. Sin embargo, y es aquí donde quiero poner la atención, creo que hay algunos que simplemente no comprendieron el objetivo del cartel de “cuidado con el perro” y prefirieron hacer reír a todos los que llegaron a sus puertas.