Amarrado al costado de una iglesia en Georgia, Estados Unidos, fue encontrado un perro en pésimas condiciones. Se trataba de un boxer, adulto y que pesaba apenas 12,7 kilos, menos de la mitad de lo que debería pesar un ejemplar de su raza. Tenía todos los huesos a la vista, y probablemente hubiese muerto en un par de días, si es que no hubiesen llegado unos ángeles a rescatarlo.
Y cuando hablo de ángeles lo digo en serio. Un grupo de voluntarios local de Angels Among Us fue por él, lo alimentó y lo llevó a una atención veterinaria de emergencia. Lo nombraron Ulises, le tomaron unas cuantas fotografías y publicaron su historia en las redes sociales junto con la frase: “Una imagen vale más que mil palabras. Escribimos esto con lágrimas cayendo de nuestros ojos y rogando para que nos ayudes”.
El mensaje generó impacto de inmediato, y lo mejor, le ayudó a encontrar un hogar donde recibirá todo el amor que se le ha negado. Debido a su condición crítica no ha podido salir del hospital, sin embargo, se han preocupado de monitorearlo y de darle tres pequeñas, pero nutritivas comidas al día, para que vaya ganando peso y recuperando energías.
Sobre quién convirtió a un hermoso animal en un esqueleto que apenas se mantenía en pie, aún no se sabe nada. Pero eso ya no es lo importante. En pocos días estará mucho más animado y listo para ir a casa junto con su madre adoptiva que lo querrá y cuidará por el resto de su vida.
Estas son las cosas que pueden estar sucediendo a la vuelta de la esquina y que podríamos evitar con un mínimo esfuerzo: