¿Recuerdas a la niña que usaba un balón de basquetbol para caminar? Pues ha vuelto a escena tras 9 años de que su historia se dio a conocer en todo el mundo y es el ejemplo perfecto de que no hay imposibles.
Al día de hoy, Qian Hongyan, se ha vuelto campeona de natación en los Juegos Paralímpicos, pues sigue forjando su futuro a pesar de haber perdido las dos piernas en un trágico accidente.
Hoy se ha convertido en una historia inspiradora para las miles de personas con discapacidad en China y el mundo entero, porque aunque trajo durante mucho tiempo un balón de básquetbol como prótesis, jamás se rindió.
En 2009 Qian se convirtió en campeona nacional en los Juegos Paralímpicos Nacionales Chinos, en natación.
Ha sido ganadora de la medalla de oro en los 100 metros planos en los juegos de Yunnan.
Jamás se dio por vencida, en una entrevista dijo:
“Parecía que no había manera de que pudiera flotar en el agua. Siempre me ahogaba”.
Su familia es muy pobre. Ellos cultivan y producen seda. Con los pocos recursos disponibles, su abuelo cortó un viejo balón de baloncesto para cubrir y amortiguar la parte inferior de su cuerpo.
En 2011 el abuelo de Qian murió y ella decidió salir de los paralímpicos para regresar a su casa junto a su familia.
Fue en 2014 cuando Qian ganó de nueva cuenta en nado de 100 metros y volvió a ser el centro de atención, pero esta vez no imaginaba lo que le sucedería
El Centro de Rehabilitación y búsqueda en Pekín le tenía un par de prótesis para que recuperara sus piernas
Por medio de alta tecnología diseñaron unas piernas especiales que ahora Qian tendrá que aprender a utilizar con el tiempo.
Y a pesar de que se encuentra agradecida, ella aún prefiere llevar su pelota de basketball cuando va a sus entrenamientos de natación
Sin duda es una guerrera que te puede llegar a inspirar, porque más allá de su discapacidad, sus ganas de salir adelante y el valor para enfrentar la difícil vida que le tocó llevar, nunca se dio por vencida. Sus padres han sido su gran pilar para salir adelante y ella ha sabido cómo aprovechar esa gran ayuda de su familia.
¡Si te gustó esta historia, compártela con tus amigos!