¿Te has preguntado cómo te perciben los demás? El 70% de lo que decimos está en nuestras actitudes y gestos, no en nuestras palabras. En este artículo encontrarás las principales claves para interpretar el lenguaje corporal en los demás y comprender qué mensaje estás proyectando con tu cuerpo.
Los ojos
Desviar la mirada hacia los lados es un signo de aburrimiento o desconfianza. Cuando alguien no te mira al hablar es porque su atención está enfocada en otro lugar, ya sea porque no le interesa lo que dices o porque no te cree. Cuando quieras establecer un vínculo empático con alguien, asegúrate de mirarlo con atención.
Mantener una mirada fija a los ojos puede ser una manera de retar al otro. Si bien es importante el contacto visual para que haya buena comunicación, una mirada incisiva puede intimidar. Mirar a alguien sin parpadear es sinónimo de vigilancia.
Parpadear muy rápido muchas veces es un signo de nerviosismo. Seguramente parpadeas porque quieres interponer una barrera entre tus ojos y los del otro. Si alguien hace eso cuando está frente a ti, seguramente se siente muy nervioso, intenta darle confianza.
Mirar hacia abajo es una orden que el cerebro les da a nuestros ojos cuando las emociones que sentimos son muy fuertes. Es una manera instintiva de protegernos haciendo menos visible nuestro estado de ánimo frente a los demás. Es normal que ante una emoción demasiado sorpresiva o chocante nuestra primera reacción sea mirar hacia abajo mientras nuestra mente intenta procesar la información que acaba de recibir.
La cabeza
Tener la cabeza siempre levantada y la barbilla arriba es un gesto desafiante. Quienes mantienen constantemente esta actitud muchas veces son percibidos como personas soberbias y orgullosas.
Asentir con la cabeza es un gesto empático y demuestra escucha. Sin embargo, no hay que abusar. Si asentimos repetidamente durante mucho tiempo estaremos enviando una señal de sumisión.
Mantener la cabeza baja es un signo universal de sumisión y derrota. Quien vive así, mantiene sus ojos en el suelo, no mira hacia arriba ni hacia delante, dejando ver que no le interesa ascender o progresar.
La posición de los brazos
El más conocido significado de los gestos corporales son los brazos cruzados. Cuando cruzas los brazos cierras tu cuerpo frente al otro, bloqueas tu capacidad de recepción y escucha. Si haces constantemente esto puede ser porque sientes que necesitas protegerte de tu entorno o no confías en las personas que te rodean.
Las manos
Mostrar la palma de las manos abierta durante una conversación es signo de honestidad y entrega. Si quieres generar confianza, muestra tus manos, ábrelas frente al otro para que vea que eres lo que muestras.
Estar de pie con las manos en las caderas es una actitud agresiva. Cuando haces esto estás recurriendo a una táctica usada por muchos animales a la hora de intimidar al enemigo: ampliar tu cuerpo para verte más grande y poderoso. Las manos en las caderas son una forma de empoderamiento usada para mostrarle al otro que eres más fuerte que él. ¿A quién no le tocó un regaño de mamá haciendo este gesto?
Esconder las manos detrás de la espalda puede proyectar que entrelazas los dedos de las manos. Mover los dedos con rapidez demuestra ansiedad y poco control. Cuando veas a alguien hacer esto, intenta comprender qué le incomoda o qué le genera estrés en la situación que está viviendo.
Hacer gestos con las manos al hablar muestra que eres una persona espontánea y expresiva, que te apasiona lo que estás diciendo y te interesa ser claro en tus opiniones. Pero ten cuidado, todos los excesos son negativos. Si mueves demasiado tus manos o tus gestos son bruscos puedes proyectar descontrol o agresividad.