5 Cosas que creíamos CIERTAS pero que la ciencia ha desmentido para arruinarnos la vida

La ciencia es una compañera inseparable, de no ser por ella jamás estarías leyendo esto y posiblemente te aburrirías en una caverna pero, al mismo tiempo que es responsable por verdaderos milagros del mundo moderno, frecuentemente suele dedicarse a arruinar algunos de los mejores vicios en la vida. La ciencia no descansa hasta que todo aquello que creemos nos hace bien muestre efectos secundarios adversos…

1.– El vino tinto no es bueno para el corazón.

Está de más decir los beneficios y los prejuicios que producen las bebidas alcohólicas. Y es que eventualmente terminas descubriendo que aquella cerveza barata venía con sus consecuencias – y el vino tinto no está exento de ello.

vino-tinto-etiquetas

Durante mucho tiempo, los medios de comunicación se han encargado de presentarnos al vino tinto como un producto benéfico para la salud. Se le han adjudicado supuestos beneficios basándose en la presencia del resveratrol, que supuestamente ayuda a prevenir coágulos sanguíneos, derrames, declino mental y enfermedades del corazón. De esta forma, empinarte una botella con Cabernet Sauvignon no solo te hace sentir elegante, olvidándote por completo de que esa camiseta que llevas puesta te la dieron en la pasada campaña política, sino que prácticamente estás ahorrándote una ida al gimnasio.

En una información muy reveladora, el resveratrol no es todo eso que la gente piensa. En un estudio que se extendió durante 16 años, realizado en una zona vinícola italiana, los investigadores descubrieron que los niveles de resveratrol “no evidenciaron ningún tipo aparente de asociación protectora frente a enfermedades y signos de enfermedades en seres humanos, y tampoco tiene relación con la expectativa de vida”. Es decir, tiene tanto sentido intentar prevenir enfermedades cardiacas con una copa de vino antes de dormir como devorar un paquete de galletas bañadas en leche condensada.

Aunque el vino tinto en pequeñas cantidades tenga algunos beneficios para la salud, no se trata de ninguna poción mágica que puedas combinar con un filete para eliminar los inconvenientes de comerte el filete entero. En esas “pequeñas cantidades” está el secreto. No puedes sustituir la caminata mañanera con dos botellas de vino y esperar vivir hasta los 100 años.

2.– El chocolate amargo es perjudicial para la salud.

Realmente es un tipo de comida chatarra que desde hace tiempo se ha intentado escudar empleando estudios científicos. Además de esa sensación de madurez sobre las personas que prefieren un delicioso chocolate con leche como cualquier crio, los seguidores del chocolate amargo también presumen superioridad física. Un artículo del New York Times incluso aclamaba las propiedades de este tipo de chocolate para mejorar la memoria, y hasta llegó a ser señalado como un alimento beneficioso para el corazón gracias a su contenido de flavonoides.

cupcakes-chocolate-deliciosos

Y aunque la ciencia aún está estudiando a los flavonoides, se sabe que pueden ser realmente buenos para la salud. Pero si son buenos o no es de poca importancia para la ingesta de chocolate, pues si te comieras la pantalla desde donde lees esto probablemente obtendrías la misma cantidad de flavonoides que degustando una barra de chocolate.

El terrible sabor amargo presente en los flavonoides hace que prácticamente sean eliminados durante la fabricación del chocolate y sustituidos con apetitosas grasas y azucares.

Entonces, ¿cómo diablos surgieron todos esos estudios pro chocolate amargo? El que hablaba sobre la memoria se realizó en base a un lote de cacao en polvo super-concentrado que fue seleccionado minuciosamente para la investigación por la empresa de la industria alimenticia Mars Inc., que comisionó y financió el estudio para promover una opinión favorable del producto – esta compañía está tras las famosas marcas de chocolate como M&M’s, Snickers, Milky Way y muchos otras. Esto se equipara a decir que el pastel de plátano es bueno para la salud por qué se estudiaron los beneficios de los plátanos.

Y este no es un caso único, de hecho la inconsistencia está presente en muchos estudios que involucran al chocolate, pues aunque los flavonoides pueden estar presentes en diversos alimentos, el financiamiento para la investigación del flavanol suele venir de empresas que serían la némesis de Willy Wonka.

chocolate-corazon

Para hacer justicia a los investigadores, estos quedaron horrorizados cuando vieron que los medios transformaron sus conclusiones en “todos deben comer más chocolate porqué es muy bueno”. Pero en ocasiones la ciencia pareciera tener un punto ciego con el chocolate. En otro estudio muy famoso, también financiado por la Mars Inc., se descubrió que una población indígena en Panamá que bebía hasta cinco tazas de cacao por día presentaba una presión arterial consistentemente baja. Pero esto no fue más que un disparate, pues otro investigador descubrió que el consumo de cacao fue totalmente exagerado.

Como el vino tinto, pequeñas cantidades de chocolate amargo pueden resultar saludables. Y la única razón por la que se ha salvado de entrar en la misma categoría que otros alimentos ricos en grasas y azucares que son tan criticados es por qué el chocolate amargo es un poco más costoso; un precio que, suponemos, ha servido para financiar estudios de dudosa procedencia.

3.– El sexo no es el ejercicio que todas las revistas prometen.

Primero, que no cunda el pánico: el sexo es una actividad excelente y puedes tenerla cuando se te pegue la gana. Sin embargo, por mucho que hayamos abandonado esos mitos sexuales que aprendimos en la adolescencia (como que te salían pelos en las manos), la idea de que una noche de actividad sexual puede ser tan benéfica como correr 15 kilómetros se mantiene allí, firme y fuerte.

tortugas-sexo

Las revistas incluso han escrito artículos sobre cuáles posiciones son las mejores para entrenar, en Daily Mail llegaron a afirmar que el sexo es tan bueno para el cuerpo como una caminata de 30 minutos y que debe tomarse en cuenta como actividad física; es más, un “sexóloga” llamada Sarah Jio llegó a asegurar que gemir un poco más, de alguna forma, puede quemar hasta 30 calorías por sesión. Tomando en cuenta todo esto, ¿por qué alguien con una vida sexual activa tendría que preocuparse por ir al gimnasio?

Bueno, a menos que tu tipo de actividad sexual involucre mucho más levantamiento de peso y flexiones que la mía, la razón por la que quedas tan exhausto y sudado después del acto, probablemente tenga más que ver con el hecho de que no estás en forma que con las calorías perdidas. El “New England Journal of Medicine” encontró que, mientras se ha difundido que quemamos entre 100 y 300 calorías por episodio sexual, la realidad es que la población promedio apenas y gasta miserables 21 calorías.

letrero-no-fornicar

¿Qué tan insignificante es esto? Debes saber que quemarías unas siete calorías echado en el sofá mientras ves una película y unas 14 si de repente decides jalarle el pescuezo al ganso. A menos que tengas sexo unas 6 veces al día, lo mejor sería dejar de usarlo como una excusa para no ir al gimnasio.

4.– Los maratones de televisión pueden ser una señal de enfermedad.

Pues sí, ahí estas con la salud arruinada debido a las botellas de vino tinto, a las barras de chocolate y al hecho de que ni todo el sexo del mundo puede sustituir una ida al gimnasio. En el clímax de tu depresión decides levantarte el ánimo con uno de los mayores placeres de la vida moderna – chutarte un maratón de alguna serie. 10 horas seguidas de “Game of Thrones” en un domingo de flojera son suficientes para cualquier mortal, ¿no?

abuela-viendo-novela

Internet está llena de testimonios sobre los beneficios de ver televisión de forma compulsiva. Puedes ir a tu propio ritmo y no tienes que esperar a la próxima semana para un nuevo episodio. Además, puedes poner atención a esos pequeños detalles entre los episodios que generalmente pasarían inadvertidos. Según la ciencia, este sería un momento perfecto para escribir una nota de suicidio.

Según un estudio de la Universidad de Texas, en Austin, las personas que ven televisión de forma compulsiva están más propensas a aislarse y deprimirse, y mientras más empeoran estos sentimientos, más probable resulta que se mantenga el hábito. Esto no quiere decir que todas las personas que se avientan maratones frente a la televisión estén deprimidas. Sin embargo, si te estás sintiendo mal, un día entero de “Las chicas superpoderosas” es una buena forma de reprimir todas esas emociones.

El resultado se equipara en las personas que beben o comen compulsivamente, dos actividades que de ninguna forma se consideran saludables (esa connotación tan negativa de la palabra “compulsivo” ya debería aclararnos las cosas). El punto de inflexión viene cuando te sientes culpable por posponer tus responsabilidades, pero sigues viendo las últimas – y horribles – temporadas de “The Walking Dead” y como si esto no fuera suficiente, el comportamiento es incentivado por servicios como Netflix que nos mantienen cautivos poniéndonos el siguiente episodio a 15 segundos de distantica y en ese lapso, probablemente, todavía te encuentres repasando o tratando de entender algún giro en la trama. La decisión de continuar básicamente ya no depende de ti, absolviéndote de esa culpa por ver vidas ficticias en lugar de ocuparte de la tuya.

ofrenda-de-muertos

Pero no todo son malas noticias para tu salud mental. ¡También tenemos malas noticias para tu salud física! Otro estudio encontró un vínculo entre el número de horas que invertimos viendo televisión al día y el riesgo de morir de forma repentina debido a una embolia pulmonar. Esto quiere decir que debes escribir tu testamento antes de que llegue la nueva temporada de “Game of Thrones”, y es que si tienes el hábito de ver televisión de forma compulsiva, estás poniendo en riesgo tu salud. Podemos hacer frente a este problema levantándonos y caminando un poco entre episodios, para activar la circulación – pero con cuidado, no vayas a tirar el refresco o las palomitas caramelizadas.

5.– Soñar despierto te hace infeliz.

Como ya arruinamos tus vicios favoritos, probablemente querrás retornar a tu estado anterior de felicidad ignorante desvariando por ahí. Con toda seguridad no existen desventajas en hacer una pausa en el trabajo e imaginar que eres Darth Vader, ¿estamos de acuerdo?

Si simplemente sonreíste y concordaste, evidentemente no estás prestando atención y lo entendemos: un estudio descubrió que las personas invierten casi la mitad de sus horas en vigilia pensando en algo que no están haciendo. Y, con mucha más frecuencia de lo que imaginamos, estos pensamientos tienden a ser perjudiciales para nuestro estado emocional.

Dejando la conquista del universo a un lado, solemos “subirnos a las nubes” de nuestro pasado o futuro. El primero nos conduce al arrepentimiento, mientras que el segundo nos trae temor a lo desconocido. Así, aunque creamos que soñar despiertos es una poderosa herramienta que nos ayuda a escapar del aburrimiento de nuestra vida diaria, la ciencia afirma que lo único que estamos haciendo es “animar” ese aburrimiento con un montón de confeti de pesares y copos de miedo.

De hecho, los investigadores descubrieron que, mientras más soñamos despiertos, menos satisfechos estamos con nuestra situación actual. Y que las personas tienden a soñar más cuando trabajan o cuando están en casa en la computadora.

feliz-trabajando

El truco para la felicidad, por lo menos a corto plazo, está en centrarse en aquello que deberíamos estar haciendo en ese momento. Ese “viaje” constante que pensaste era la prueba de tu creatividad, no es otra cosa que la evidencia de que tu situación actual te hace sentir infeliz. Viendo el lado positivo, puedes evitar este inmenso campo minado de emociones negativas concentrándote en algo… aunque quizá tengas que ignorar la conclusión de los investigadores de que la humanidad está condenada a pensar en aquello que no está sucediendo y a ser infeliz debido a eso.