Seguro que Brooke y Adrian Franklin tuvieron una cierta sensación de déjà vu en su propia boda. Hace 17 años estuvieron en una ceremonia similar, pero en diferentes roles: Brooke era la niña que llevaba las flores y Adrián era el pequeño que transportaba los anillos.
Los dos se conocieron en la guardería. Pero aunque Brooke siempre se había fijado en Adrián, no empezó a sentir algo más hasta que se encontró con él en la boda de unos amigos que tenían en común con sus padres que se celebró en 1998. Ella, que por aquel entonces solo tenía 5 años, se quedó impresionada por él, aunque solo tuviera cuatro años. “Estaba hipnotizada por Adrian. En el colegio siempre quería sentarme a su lado y jugar con él, pero no me hacía mucho caso”.
La vida de ambos se separó momentáneamente cuando la familia de Brooke se mudó a Carolina del Sur. Pero se volvieron a ver en 2011, en una misa organizada por la iglesia a la que los dos pertenecen, y en ese momento -casualidades de la vida, otra vez en una iglesia-, los sentimientos de Adrian empezaron a cambiar.
Desde entonces, Adrian y Brooke empezaron a salir. Los dos son muy religiosos -él incluso es pastor en la localidad de Gastonia (Carolina del Norte)- y tras 4 años de noviazgo decidieron pasar por el altar el pasado mes de septiembre, en una ceremonia a la que acudieron 300 personas, entre las que se incluían la pareja que se casó en la boda de 1998 en la que se encontraron Brooke y Adrian.