Martin Shkreli se hizo famoso hace cosa de un mes gracias a una jugada ultracapitalista que hizo que todo el planeta lo odiara: este empresario de 32 años compró la patente del Daraprim, un medicamento utilizado para tratar la toxoplasmosis y otros problemas asociados al SIDA y subió su precio de 13,50 dólares a 750 dólares por pastilla. Es decir, lo infló un 5.000%.
Esta decisión le convirtió automáticamente en el hombre más odiado del planeta. El Daraprim es consumido por enfermos de SIDA que necesitan tomarlo para salvar su vida. Así que los programas de televisión de EEUU le criticaron con dureza, en Internet se filtró su pasado -en el que abundan las estafas a inversores- y hasta las chicas le insultaban a la cara a través de Tinder, la famosa aplicación de citas.
De poco sirvieron las explicaciones del joven emprendedor, que intentó justificarse asegurando que todo el dinero recaudado por él sería destinado a la investigación para mejorar los tratamientos contra el SIDA.
Y ahora, además de tener que aguantar las críticas, va a recibir un golpe en donde seguro más le duele. Una empresa rival, la farmacéutica Imprimis, acaba de anunciar que está fabricando una alternativa al Daraprim que costará menos de un dólar.
Imprimis ha comunicado su producto con un texto en el que señala directamente a Turing Pharmaceuticals, la compañía de Shkreli como la responsable de su decisión de hacer el medicamento barato. El nuevo compuesto de Imprimis también tiene pirimetamina, como el Daraprim, pero además añade leucovorinina, otro medicamento que también sirve para tratar la toxoplasmosis.
El producto de Imprimis se venderá en cajas de 100 unidad y tendrá un precio de 99 dólares, muy alejado de la pastilla de 750 dólares que vende el hombre más odiado del mundo. ¿Bajará Martin Shkreli el precio de su medicamento? ¿Asumirá su derrota? De momento, parece que se ha llevado un buen tortazo en un campo que creía tener controlado: el libre mercado y el ultracapitalismo.