Sobre la soledad, la autoestima, los trastornos alimenticios… Blanca Padilla, la modelo española más internacional, se abre a Risto Mejide en el programa Al rincón. Recopilamos sus confesiones más impactantes.
“La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla”. Risto Mejide recibe a la modelo Blanca Padilla en Al rincón parafraseando a Hermann Hesse. Una conversación “franca”, como más tarde la describe el presentador y publicitario, en la que la española más internacional sobre las pasarelas se abre llegando a decir, al final, que quizás ha “hablado de más”.
En dos años Blanca Padilla ha pasado de ser una estudiante de Publicidad que sueña con trabajar en alguna agencia a una de los nuevos talentos de la industria de la moda, cuya vida oscila entre Nueva York (donde ahora vive), España y cualquier ciudad donde se le reclame en un trabajo. “Sé de sobra lo afortunada que soy”, repite constantemente Blanca para compensar los contras que revela de la profesión: soledad, distancia del círculo familiar, envidias, trastornos alimenticios y una baja autoestima en medio de la vorágine.
Rescatamos sus declaraciones más sobrecogedoras.
– “A veces noto que me han robado mis veinte años. Yo debería estar viviendo unas cosas totalmente distintas a las que estoy viviendo, eso es un hecho. La gente dirá venga, que no estás en una mina. He sacrificado la dirección que yo creía que iba a tener mi vida. Eso, mis veinte años”.
– “Siento mucha soledad a veces. No me separo del móvil. Es mi medio de comunicación, estoy en la otra punta del mundo. Hay días que son geniales y días que son…”.
– “Mi madre tenía miedo. En mi casa la formación siempre ha sido algo fundamental. Para mi padre fue un shock que dejara aparcada mi carrera para ser modelo. A mi madre, que cuida mucho de nosotros, que me haya ido de casa le ha costado una depresión”.
– “Los apartamentos de modelos son como una casa de estudiantes o peor. Cada una va a lo suyo. Son sucios, muy sucios. La gente no se lo imagina”.
– “El día del desfile de Victoria’s secret me levanté a las cinco de la mañana y me había acostado a la una. Me desperté con la sensación de haber dormido unos minutos. A las cinco bajé al gimnasio a entrenar pensando que sería la única loca que iría. Llegué y había un montón de modelos que llevaban ahí desde las cuatro de la mañana”.
– “Victoria’s secret ha sido el desfile más fácil que he hecho. Está todo tan ensayado… Lo hacen dos veces, tienes dos oportunidades. Todo está montado. Si te caes te has caído, nadie lo va a sacar. Es tan artificial que es lo más fácil que he hecho nunca”.
– “¿Un antes y después de Victoria’s secret? No tanto como decían. Prometían mucho pero luego no es tanto. Por supuesto he trabajado mucho después, pero me lo pintaron como una locura y no”.
– “Las modelos más experimentadas son al final las más amables porque saben por lo que pasan las niñas. Las que llevan cuatro años que se creen las divinas de turno, esas son las más arpías”.
– “He empezado a leer libros de autoayuda y creo que vienen muy bien. Tus zonas erróneas, me lo recomendó una amiga de mi barrio, creo que todo el mundo se lo debería leer. Estoy contenta pero tengo muchos altibajos”.
– “Todo viene por una frustración porque sé que todo lo que estoy viviendo es tan genial que quiero poner todo mi empeño en disfrutarlo al máximo. Es casi un pecado no hacerlo. Me castigo mucho”.
– “Fuera de los trastornos alimenticios, las modelos sufren mucho y va ya a lo mental. Hay muchas que recurren al alcohol y luego no las puedes ver sin una copa de cerveza, de vino, de champagne… Cocaína mucho. Pero yo nunca he probado las drogas”.
– “Soy una persona que toda la vida ha intentado engordar. Imagina cual es el shock cuando llegas a esta profesión y te dicen que estás gorda”.
– “No te voy a decir que no he oído a una vomitando en el baño. He visto cómo una niña que no había comido nada en todo el día le ofrecía mis cacahuetes y decía vale, esta es mi cena. Hay una presión que no te imaginas”.
– “Estoy muy a favor de lo que dice Gigi Hadid, pero igualdad para todas. Si a mí se me ocurriera ir con su cuerpo a un casting me darían una patada en el culo y me mandarían a casa”.
– “Las redes sociales han cobrado toda la importancia en esta industria. Hay modelos a las que sólo contratan por su número de seguidores”.