Los tatuajes, los piercings e incluso la modificación corporal más extrema ya se queda corto para algunos como este grupito de biohackers que se han abierto literalmente la piel para implantarse un dispositivo del tamaño de una moneda de 2 euros que tiene cinco luces leds rojas que se activan cuando se pasan un imán. A este invento lo han llamado NorthStar V1. Este dispositivo tiene una vida finita, obviamente: cuando se encienda aproximadamente unas 10.000 veces se le acabará la pila y deberá ser retirado.
El implante ilumina la piel de estos “conejillos de indias” que lucen puntos por la tremenda incisión que hay que realizar para meter este implante bajo la piel. A unos les gusta la idea de que ilumine sus tatuajes, a otros les hace gracia el hecho de parecer un ser vivo que produce luz como por ejemplo una medusa.
Los creadores del asunto, una startup de biohackers (Grindhouse Wetware), tienen otro objetivo: probar que se puede utilizar en un futuro para disfrutar de muchas funcionalidades útiles como conectarse con otros dispositivos y recoger datos propios del cuerpo que se pueden transformar, por ejemplo, en alertas de salud.
Y tiene otros dispositivos pensados para por ejemplo el antebrazo que quieren que sirva para monitorizar la salud. El futuro de este dispositivo con leds es más que estético: quieren que sirva para el progreso.
Mientras se prepara una versión 2 que sea realmente útil, el NorthStar V1 se comercializará en estudios de tatuajes y modificación corporal seleccionados alrededor del mundo.