Es sabido que la sexualidad femenina es más compleja que la masculina, y por ende, no es de extrañar que las mujeres sean diferentes también a la hora de elegir su orientación sexual.
Un estudio de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, estudió a 5.018 mujeres y 4.191 hombres a medida que avanzaban desde la adolescencia hasta la edad adulta, haciendo un seguimiento sobre actividad sexual.
Las conclusiones, que fueron dirigidas por la socióloga Elizabeth McClintock, arrojaron que hay un rasgo en las mujeres que las hace más propensas a explorar las relaciones entre personas del mismo sexo, si surge la oportunidad.
Para ello, es determinante los factores ambientales y las experiencias a la hora de construir una identidad sexual. Los hombres, por otro lado, son más propensos a permanecer en un lado de la valla sexual o de la otra.
Por su parte, las mujeres que fueron más educadas, más atractivas, y que evitaron la maternidad temprana, fueron menos propensas a experimentar la bisexualidad.
La doctora Elizabeth McClintock, dijo: “Las mujeres con algún grado de atracción por ambos sexos podrían tender a la heterosexualidad si tienen opciones favorables en el mercado de parejas masculinas”.