Patty Sanchez consumía cerca de 13 mil calorías diarias debido a la relación sentimental que mantenía con un “alimentador”, denominación que reciben las personas que tienen un fetiche por ver a la gente gorda, sentarse y/o aplicar todo su peso sobre ellos.
Sanchez, de 51 años y oriunda de Nevada, quiso en un momento convertirse en la mujer más obsesa del mundo, pues sentía que mientras más gorda, más amada iba a ser por su novio.
Patty y el sujeto, se conocieron a través de un amigo hace 15 años atrás, y ella incluso se mudó a Los Angeles, California, para estar cerca del hombre. Desde entonces comenzaron una relación amorosa y pese a que en un comienzo él no estaba interesado en las personas gordas, descubrió “un nuevo mundo” con ella y lo disfrutaba.
“Él me contó sobre sus fantasías acerca de estar con una chica y hacerla engordar. Y yo me sentía sexy y feliz de poder complacerlo“, señala la mujer.
Así, mantuvieron una relación basada en la comida, durante diez años. A ella le encantaba cocinar y él disfrutaba verla comer y frotarse la barriga, sin embargo, llegó un punto en que comenzó a sentir que la vida se le iba de las manos, pues su peso superaba los 300 kilos, según consignó el medio inglés Metro.co.uk.
“Era gigante, sentía que como si estuviera muriendo lentamente.Me di cuenta que una relación basada en la comida estaba siendo beneficiosa para él pero no para mí. No podía caminar más de tres pasos sin cansarme, y pensaba en que no podría estar ahí para mis cuatro hijos y cinco nietos“, comenta Sanchez.
Otro de los motivos por los que Patty decidió terminar, fue porque su novio la agregó a una base de datos de fanáticos de este tipo de prácticas, por lo que ella notó que su novio no estaba realmente interesado en su persona.
Desde ese momento, comenzó a bajar de peso, pues tuvo que comenzar a valerse por sí misma. “Estaba destruida porque él me dio todo la atención y el afecto que yo necesitaba, y llenó un gran vacío, pero el costo de eso fue, obviamente, hacerme cada vez más grande“, reflexiona.
La mujer comenzó una dieta hipocalórica y ha perdido cerca de 100 kilos. Actualmente pesa 215 y ya puede comenzar a hacer cosas ella sola.
“Ahora puedo hacer cosas que la gente da por sentadas pero que antes no podía. Como caminar, tomar un baño, y pintar las uñas de mis pies, lugar al que no llegué durante años“, agrega.
Por último, les deja un pequeño consejo a todas las mujeres que se están envueltas en una relación amorosa como la que ella tuvo: “Deben asegurarse de que no solo lo están haciendo por su pareja o para cumplir sus necesidades, sino que también por ustedes mismas“.