El zapato perfecto nunca existe en tu talla.
1. Esto es lo que ves cada vez que miras hacia abajo.
“Hay pies de verdad en algún lugar allí abajo, ¡lo juro!”
2. Lo que sucede cuando tu familia va de compras sin ti.
“Literalmente, váyanse al carajo”.
3. Cuando de golpe te das cuenta de que estás comprando en la sección de niños en la zapatería…
“Es decir, no son TERRIBLES… BUENO, son terribles”.
4. …lo que a veces acaba siendo también un imposible.
“¿Por casualidad tienen zapatos de muñeca?”
5. Puedes compartir zapatos con… Tu sobrinita.
6. Y te cuestionas si deberías comprar en la misma sección que ella.
“¿Cómo acabé en esta pesadilla de neón?”
7. Hasta tus medias son de niño.
8. Cuando tus amigos constantemente te piden que compares el tamaño de tus zapatos con los de ellas.
“Sí, es una locura, lo sé”. ::ojos en blanco
9. ¡O con sus manos!
10. Cuando básicamente ya aceptaste el hecho de que esto siempre te va a ocurrir:
Dice talla 5, actúa como talla 6.
11. Cuando sueñas con poder usar zapatos con cordones para jugar a los bolos:
“Soy talla cinco en zapatos de mujer, entonces…”
12. Cuando te das cuenta de que “un talle que sirve a todos” es la mayor mentira en la historia.
Seamos realistas, en realidad es “un talle que sirve para algunos”.
13. De verdad.
“¡Saluden a mis pies de pato!”
14. Cuando te das cuenta de que eso también aplica para el spa, o en realidad para cualquier lugar que te de calzado temporario.
“¡Suave pero incómodo!”
15. Cuando amas tanto a un par de zapatos que lo usas sin importar lo mal que calzan en la parte de adelante…
Debo. Usar. Zapatos.
16. … o en la parte de atrás.
::llora::
17. O por todos lados…
18. Cuando te das cuenta que los niños que conoces pronto tendrán pies del mismo tamaño que los tuyos:
::muere por dentro::
19. Cuando ocasionalmente hallas el lado positivo.
Siiiii.