En las redes sociales se puede encontrar mucho odio. Homófobos, racistas y xenófobos campan a sus anchas, y aunque en muchos países existe una legislación que impide que puedan expandir sus mensajes, en otras naciones tienen que ser los demás usuarios los que de alguna forma contraataquen para frenar sus despreciables palabras.
Como en Estados Unidos. En los últimos tiempos, la tensión racial se ha disparado en el país, y uno de los campos de batalla en los que los supremacistas propagan sus mensajes o buscan el acoso a los ciudadanos de color es Twitter.
Una joven llamada Kelsey Reynolds, que utiliza su cuenta para mandar mensajes tipo “Jamas tendré sexo con un negro”, o “Honestamente, creo que los negros son tontos, que vuelvan a la jungla”.
Tras esta diatriba, Kelsey se lució con una foto de su cuerpo, acompañada de la siguiente frase: “Lo siento negros, solo los blancos pueden hacerse cargo de esto”. Se refería a que solo los blancos podrían tener sexo con ella.
A tan bestia mensaje, un afroamericano llamado Jamz le contestó de manera elegante con un zasca que jamás olvidará:
“En nombre de los negros afirmo que todos apoyamos de corazón tu decisión”.
Pero la cosa no se quedó ahí. El comentario de Kelsey saltó a Facebook y la conversación alcanzó cotas hilarantes. Un usuario blanco llamado Ameri King aportó la siguiente reflexión:
“En nombre de los blancos, admiramos de verdad tu refinamiento. A pesar de eso, declinamos tu ofrecimiento y esperamos que los mejicanos se hagan cargo de esto, por bien del equipo”.
Por supuesto, un mejicano siguió con la broma:
“De parte de los mejicanos debo decir que hay trabajos que no podemos hacer. Puede que un asiático se encargue mejor”.
Nick McCullum, que a pesar de tener un apellido escocés tiene rasgos asiáticos, declinó la oferta:
“En nombre de la cultura asiática, declinamos este generoso acto. Así como practicamos la aritmética, tocar el piano, las artes ninja voladoras, puede que los musulmanes tengan la respuesta que buscas”.
Y por último, un musulmán:
“De parte de todos los musulmanes, vamos a tener que declinar la oferta por una sencilla razón: no comemos cerdo”.